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En una noche en la que parecía condenado a firmar uno de sus partidos más discretos de la temporada, el Rey apareció en el último segundo con un 'tip-in' milagroso que rescató a los Lakers de una cuarta derrota al hilo y, de paso, extendió su histórica racha anotadora. El líder histórico en puntos de la NBA horas antes había quedado en boca de todos por sus fuertes declaraciones, contando que su draft con Cleveland había sido arreglado y que no mantiene ningún vinculo con su némesis silencioso, Michael Jordan.

La estrella angelina firmó su octavo game-winner sobre la bocina, igualando a Kobe Bryant y Joe Johnson en la segunda posición histórica, solo por detrás de Michael Jordan (9). Además, estableció un récord inédito en la NBA: se convirtió en el primer jugador en la historia en sellar victorias con tiros ganadores en tres equipos diferentes. Su actuación final ante Indiana fue de 13 puntos (4/9 en dobles, 0/3 en triples y 5/5 en libres), 13 rebotes y 7 asistencias, pero el impacto del último toque superó cualquier estadística.

Más allá del desenlace heroico, LeBron bordeó el desastre. Con apenas dos puntos al descanso y solo tres en los primeros tres cuartos, su legendaria racha de partidos anotando al menos 10 unidades estuvo en riesgo como nunca en 20 años. Sin embargo, con los dobles dígitos alcanzados en el epílogo, extendió su seguidilla a 1.283 encuentros consecutivos. Y si bien estuvo lejos de ser el líder ofensivo –Luka Doncic brilló con 34 puntos y Austin Reaves con 24–, su canasta final permitió a los Lakers igualar a Memphis en la cuarta plaza del Oeste (44-28) y cortar una serie de 3 caídas seguidas.

El cierre del partido fue caótico. Indiana, que venía de cinco victorias al hilo, había revertido un -13 con un parcial de 8-0 en los últimos segundos para adelantarse 119-118 con una jugada de Tyrese Haliburton (16 puntos y 18 asistencias). Los Lakers, sin pedir tiempo muerto, dejaron el destino en manos de Doncic, cuyo tiro fue rechazado por el aro. Y cuando todo indicaba otra derrota para los angelinos, apareció LeBron con su mano salvadora. La pantalla gigante no dejó dudas: con 0.1 en el reloj, el Rey selló una victoria que mantuvo a flote tanto a su equipo como su propio legado.