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NBA

Stockton-Barkley-Malone: el tridente que soñó Utah para terminar con Jordan

15:40 23/03/2025 | Las dos espadas del Jazz no fueron suficiente para conseguir el anillo de la NBA, una historia que quizás hubiera cambiado con la llegada de otro as de los 90s.

El tridente que no pudo ser: Stockton-Barkley-Malone (Fadeaway World)

La historia de la NBA está llena de fichajes frustrados, pero pocos tan intrigantes como el intento de John Stockton de reclutar a Charles Barkley para Utah Jazz en los años ‘90. En una época donde la dupla Stockton-Malone peleaba año tras año por el anillo, la posibilidad de sumar al explosivo ala pivote habría cambiado por completo el destino de la franquicia. Aunque el movimiento nunca se concretó, la anécdota resurgió con el tiempo, especialmente a partir de las palabras del propio Barkley: “Stockton me llamó personalmente y me dijo que quería que fuera a Utah. Me dijo: ‘Tienes que venir, somos la pieza que falta’”.

El contexto de la propuesta era claro. A mediados de los ‘90, el Jazz venía de varias temporadas quedándose en la orilla de las Finales. Con Stockton liderando la liga en asistencias y Karl Malone como anotador dominante, la adición de Barkley habría dado al equipo un trío temible. En la 1995-96, Utah terminó con un récord de 55-27, pero cayó en las Finales del Oeste ante los Seattle SuperSonics de Gary Payton y Shawn Kemp. Stockton, consciente de la necesidad de un refuerzo, buscó persuadir a Barkley, quien aún jugaba en Phoenix pero tenía la mira puesta en un equipo contendiente.

Para Barkley, la decisión no era sencilla. Utah tenía un equipo competitivo y un sistema aceitado bajo la conducción de Jerry Sloan, pero la identidad de los Jazz no encajaba con su estilo. “Siempre respeté a Stockton y a Malone, pero Utah nunca fue un lugar en el que me viera jugando”, confesó años después. Finalmente, el ala pivote fue traspasado en 1996 a Houston Rockets, donde se unió a Hakeem Olajuwon y Clyde Drexler. En su primera temporada en Houston, Barkley promedió 19.2 puntos y 13.5 rebotes por partido, aunque los Rockets se quedaron en las Finales de Conferencia.

El impacto de su no llegada a Utah es fácil de imaginar. Barkley habría encajado como un tercer anotador, un reboteador élite y una opción defensiva para complementar a Malone. En 1996-97, los Jazz alcanzaron su primera Final de la NBA sin él, cayendo ante los Bulls de Jordan en seis juegos. Al año siguiente, el guion se repitió. ¿Habría cambiado la historia con Barkley en el equipo? Difícil asegurarlo, pero Stockton lo tenía claro: “Él nos habría dado lo que nos faltaba, sin dudas”.

Para Barkley, el destino quiso otra cosa. Aunque en Houston no pudo ganar el título que tanto buscó, su paso por los Rockets lo mantuvo como protagonista hasta su retiro en 2000. Utah, por su parte, nunca logró dar ese último paso. El intento de Stockton de reclutarlo quedó como una de esas historias de la NBA que despiertan el clásico “¿qué habría pasado si…?”. En una liga donde las superestrellas no suelen reclutarse entre sí de manera abierta, la jugada de Stockton fue un caso atípico de insistencia.

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