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La relación entre Tom Thibodeau y Mikal Bridges tuvo un giro inesperado en la victoria 114-113 de los Knicks sobre Portland. Apenas horas después de que Bridges admitiera haber hablado con su entrenador sobre la excesiva carga de minutos, y de que Thibodeau negara tal conversación, el alero respondió en la cancha con una actuación estelar de 33 puntos en 41 minutos, incluyendo un triple sobre la chicharra. "Fue enorme, enorme", reconoció el coach tras el partido, dejando de lado la polémica en pos del resultado.

El estilo de Thibodeau es conocido en la NBA: confía en sus titulares hasta el extremo. Bridges, quien lidera la liga en minutos jugados, se animó a romper con el código habitual de sus dirigidos y planteó públicamente la necesidad de darle más protagonismo a la banca. "Sabemos que tenemos buenos jugadores en el banco y eso nos puede ayudar a estar más frescos", expresó el exjugador de Brooklyn. Las declaraciones no cayeron bien en su entrenador, quien respondió con frialdad: "Nunca tuvimos esa conversación. Los hechos son los hechos".

Sin embargo, en la cancha, la controversia se disipó. Con Jalen Brunson ausente, Thibodeau confió plenamente en Bridges en los momentos decisivos, sin castigos ni represalias. "Al final del día, somos todos profesionales", reflexionó Josh Hart, otro de los más utilizados por el coach. Bridges respondió con uno de sus mejores partidos de la temporada, dejando en claro que, más allá de sus palabras, está dispuesto a cumplir con el exigente rol que le asignaron en Nueva York.

El dilema del reparto de minutos no es menor para un equipo con aspiraciones serias en la Conferencia Este. Los Knicks, tras los movimientos que los llevaron a conseguir a Bridges y Karl-Anthony Towns, quedaron con una segunda unidad debilitada. A pesar de que Thibodeau ha bajado levemente la carga de Bridges desde enero, el desgaste acumulado es un factor a considerar de cara a los playoffs. "Cuando Durant o Tatum están en la cancha, nuestros mejores defensores deben estar en la cancha", justificó el entrenador.

Más allá de la tensión, la ecuación en Nueva York es clara: mientras el equipo siga ganando, la relación entre Bridges y Thibodeau se mantendrá en un equilibrio funcional. La imagen final, con el coach levantando el puño tras el triple decisivo de su alero, encapsula el pragmatismo de una dupla que, por ahora, antepone el éxito a las diferencias.

MIKAL BRIDGES, ARE YOU SERIOUS!!?

33 POINTS AND THE GAME-WINNING TREY 😤 pic.twitter.com/7iubWATP1Q

— NEW YORK KNICKS (@nyknicks) March 13, 2025