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Shaquille O’Neal fue uno de los jugadores más determinantes dentro de la cancha en la NBA y su imagen generó mucha admiración en el público, principalmente en Los Ángeles, al ser una de las principales figuras de la franquicia en los tres campeonatos obtenidos de manera consecutiva de 1999 a 2001.

Shaq firmó contrato con Reebok para que la empresa de ropa deportiva saque una línea de zapatillas con su nombre y además lo vistiera a él. El calzado fue furor, pero no toda la gente pensó lo mismo. Hace poco y como invitado en un podcast, el expivote contó una anécdota referida al tema.

Una noche, al salir de una cancha, una aficionada le recriminó por el alto precio de las zapatillas que Reebok vendía con su nombre y eso lo llevó a reflexionar sobre la situación. Fue por eso que llamó a la empresa y rompió el vínculo que tenía, un contrato por cinco años y 40 millones de dólares. Siguió usando las zapatillas hasta fin de temporada, pero Reebok no pudo seguir vendiendo su línea.

Pero Shaq no se quedó con eso, en su afán comercial y caritativo, buscó una empresa que pueda fabricarlas y su costo sea menor para que mayor cantidad de niños puedan tenerlos. Así fue que arregló con Walmart, para que sea quien se encargue de la producción de las mismas y su precio en el mercado sea accesible.