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Golden State Warriors dio un golpe sobre la mesa y bajó a Sacramento Kings, quien era el candidato en la serie y fue uno de los mejores equipos de la temporada regular. Incluso, recibió varios premios individuales de los que se suelen entregar cuando finaliza la primera parte de la NBA. 

El equipo de Mike Brown, el mejor entrenador de la temporada, estaba arriba en la serie pero enfrente estaba el último campeón de la NBA con todas sus figuras, pero, en especial, con Stephen Curry y todo lo que eso significa. 

Los Warriors habían dado vuelta la serie, se pusieron 3-2 arriba pero Sacramento se repuso en el sexto juego y empató la llave. Varios jugadores de Golden State contaron la charla magistral que dio el propio Curry tras ese encuentro.

"Si van a subirse a este micro, van a estar comprometidos con este equipo. No me importa si juegan 0 minutos o 40. Si no lo están, no se suban. Esta noche dimos vergüenza, y eso no va a volver a pasar nunca más”, dijo Stephen. Luego les dijo que creía en ellos, que pueden ganarlo todo. Les imploró que dejen sus sentimientos de lado. El mensaje fue para Jordan Poole y Jonathan Kuminga, principalmente, que estaban disgustados por jugar poco y por su rol. Les dijo que si iban a seguir así, que se quedasen en su casa. Qué no viniesen.

Cuando Curry terminó su discurso, preguntó si alguien tenía algo que decir, y les dió la oportunidad de hablar a todos, uno por uno. Pero nadie dijo nada. Después de las palabras de Curry no había nada más que decir. Draymond Green agregó: "Quien va a decir algo? Ya está todo dicho”.

El mismo Green, expresó: "Cuando todos subieron al micro, Steph dió el mensaje por entendido. Ya estaban listos para la misión. Curry les prometió que si se subían a ese micro y se comprometían, él se iban a encargar de ganar el partido. Les dijo que con su juego, su fe y su solidaridad, iban a ganar”.

Uno de los que habló sobre el tema fue Andrew Wiggins, quien comentó: "Me hizo erizar la piel. El número 30 es diferente. Es increíble”.