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Golden State Warriors logró conseguir dos títulos en los primeros 10 años de la mejor liga del mundo, luego, tras un periodo de dos décadas sin poder ganar, volvió a consagrarse en 1974/75. A partir de ese momento, entró en un bache y sufrió un largo proceso negativo, malos resultados, temporadas de sequía y muchas críticas al equipo.

En la 2006/07, tras 12 años sin llegar a la postemporada, lograron acceder a los playoffs pero quedaron eliminados en primera ronda. Dos años después, en 2009, comenzó el proceso de recuperación y renacimiento de la franquicia: los Warriors eligen a Stephen Curry, iniciando un nuevo camino para Golden State.

En 2011 se acopló el segundo gran estandarte de los Warriors: en la undécima posición eligen a Klay Thompson. El equipo de a poco iba tomando forma, Curry ya tenía dos años de experiencia en la franquicia y poco a poco se erigía en el principal jugador de Golden State.

Thompson se acopló bien a Curry, se fueron convirtiendo en una dupla importante y al año siguiente se sumó la tercera pata: Draymond Green. El interno fue escogido en la posición 35, es decir en segunda ronda, por Golden State. Pese a tener un pick tan lejano, Green trabajó, se acopló en gran manera a la dupla de Curry y Thompson.

Los progresos de los Warriors comenzaban a notarse: tras cinco temporadas volvían a los playoffs, superaban la primera fase y caían en semifinales de conferencia. En 2013/14 repetían, pero caían en la ronda inicial y para la siguiente edición se produjo un cambio que llevaría al equipo a un nivel superior: Steve Kerr se convirtió en el nuevo entrenador.

La llegada de Kerr fue la pieza que faltaba para que Golden State pueda dar un paso adelante. Los Warriors dieron un golpe importante en la 2014/15 y pasó de apenas alcanzar los playoffs de primera ronda, a convertirse en el campeón de la NBA, en la cual derrotaron a Cleveland Cavaliers, liderado por LeBron James. Era el primer paso de un largo camino.

En la edición siguiente, los Warriors repitieron su nivel, confirmaron que lo conseguido en la temporada pasada no era casualidad y volvieron a meterse en la final. En esta ocasión se tomó revancha Cleveland y se quedó con el título de la NBA. Golden State aprovechó el draft de esa temporada y sumó a Kevon Looney en la posición 30.

Pero Golden State iba en serio: en las dos temporadas siguientes se encargó de derribar todas las barreras, dominó con mucha autoridad ambas ediciones, la 2016/17 y la 2017/18, venciendo con total solvencia a Cleveland Cavaliers en ambas ocasiones con una superioridad apabullante: 4-0 y 4-1.

En la 2018/19, Golden State mantuvo su nivel, tuvo un buen desempeño y volvió a meterse en la final de la NBA. Solo que en esta ocasión se vio superado por Toronto Raptors, que lo derrotó y lo privó de conseguir su tercer título consecutivo.

Hubo algo peor aún: Klay Thompson sufrió una dura lesión y terminó alejado de las canchas por dos temporadas. Golden State no logró acceder a los playoffs en la 2019/20 y 2020/21, pero aprovechó y siguió abasteciéndose del draft: en 2019, en la posición 28, eligió a Jordan Poole, como consecuencia de la mala campaña, tuvo un pick alto en el 2020 y escogió a James Wiseman en la segunda posición. Por último, en el 2021, en la selección siete, se quedó con Jonathan Kuminga.

En la 2021/22, con el regreso de Thompson, el equipo recuperó la memoria y volvió a los primeros planos, con momentos de básquet de gran nivel, con buenos aportes de sus nuevas figuras y con el sustento y la trascendencia de sus tres principales figuras, aquellas que iniciaron este proceso de reconstrucción, los Warriors volvieron a los primeros planos de la NBA, confiando más que nunca en el proceso, ni más ni menos, el más exitoso de la franquicia.