Finales NBA

Boston Celtics, el equipo leyenda

21:33 01/06/2022 | Los Celtics tienen una historia única, marcada por un inicio fortuito y la unión de 3 cabezas: Red Auerbach, Bill Russell y Bob Cousy.

Russell en la cancha y Auerbach afuera: el dúo más exitoso de la historia de la NBA (Getty)

Decir Boston Celtics es decir gloria. Y nadie la iguala, aunque con el tiempo los Lakers los hayan alcanzado en número de títulos. Boston ha sido siempre el equipo más ganador de la NBA, y su historia es tan jugosa que vale la pena resumirla en este informe, a horas de su vuelta a las finales de la Liga después de 12 años de ausencia. 

Los Celtics están desde el comienzo de la NBA unida, pero no tuvieron un inicio que auspiciara lo que vendría después. Pero como suele pasar, hechos que fueron coincidiendo terminaron por armar la franquicia más famosa de la NBA. El primer toque fortuito ocurrió en 1950, cuando Bob Cousy fue drafteado por los Hawks (en ese entonces, Tri-Cities Blackhawks) y transferido al primer equipo que tuvo Chicago, los Stags, porque no quisieron pagarle los 10.000 dólares por temporada que Cousy quería, ofreciéndole solo 6000. 

Cousy fue a los Stags, que estaban casi en quiebra, y así fue que, al dejar la competencia el equipo de Chicago, la NBA organizó un draft especial para repartir a sus jugadores entre el resto de los equipos y a Cousy le tocó ir a Boston, que venía de ser uno de los peores equipos en la campaña 1949/50. Eran otros tiempos y la NBA no era un buen negocio para casi nadie. De hecho, en ese mismo receso, los Celtics habían fichado como DT a un joven llamado Arnold Auerbach, más conocido entre sus amigos como Red, por su cabellera. 

Auerbach fue, paradójicamente, el que prefirió pasar de Cousy en el draft y elegir a un negro por primera vez en la historia, Chuck Cooper. Igual, terminó recibiendo a Cousy y empezó una mística diferente entre ambos. Y el público de Boston, siempre exigente, ayudó desde afuera. Los Celtics pasaron de tener 110.000 espectadores en la 49/50 a 197.000 en la 50/51, pero de todos modos no pasaron de la primera ronda en los playoffs. Y así siguieron 5 años más. Con la incorporación de Bill Sharman, más Cousy, el equipo era vistoso, pero no tenía la misma efectividad en defensa. 

El 30 de abril de 1956 podría decirse que cambió la vida y el futuro de los Celtics. Ese día se realizó el draft en Nueva York y Boston se quedó, por una regla de entonces (elección territorial se le decía), con Tom Heinsohn. Luego los Rochester Royals seleccionaron en el primer pick a Sihugo Green y los St.Louis Hawks, en el segundo, a Bill Russell. Inmediatamente, se produjo una negociación con Boston y los Hawks enviaron a Russell a los Celtics a cambio de Ed Macauley y Cliff Hagan, dos buenos jugadores de Boston. En la segunda ronda, además, los Celtics se quedaron con un joven guardia de la Universidad de San Francisco, KC Jones. 

Allí empieza la historia más conocida de Boston. Con el cuarteto Cousy-Sharman-Heinsohn-Russell (Jones recién debutó en 1958 por hacer dos años de servicio militar), más Auerbach como entrenador, los Celtics ganaron su primer anillo en ese torneo 1956/57, perdieron la final de la 57/58 y luego encadenaron 8 anillos consecutivos, para convertirse en la franquicia más importante de la historia.

En ese período se fueron sumando más figuras, desde el propio Jones, pasando por el otro Jones, Sam, y John Havlicek, todos jugadores que fueron leyendas por ser parte de la primera dinastía ganadora de la NBA. Los duelos contra los Knicks, los Sixers, los Lakers y los Warriors se convirtieron en clásicos que hicieron muy popular a la NBA, sobre todo por los duelos entre Russell y Wilt Chamberlain: la defensa contra el ataque, la sobriedad contra la alta exposición. Russell le ganó el duelo de anillos de forma escandalosa, 11-2, pero Wilt quedó por mucho tiempo como el goleador más increíble que haya pisado un campo NBA. 

La racha de esos Celtics duró hasta que Russell se retiró haciendo la doble función de jugador-entrenador, completando 11 títulos en 14 años. Con su retiro, y el de la mayoría de sus compañeros de esa camada, Boston sufrió mucho, al punto que durante dos años ni siquiera se metió en playoffs, dirigido por otro excampeón como Heinsohn. Pero a mediados de los 70, todavía con Havlicek en el plantel y algunos jóvenes que le dieron frescura (Dave Cowens, Jo Jo White), volvieron a ser campeones en 1974 y 1976, siempre con Auerbach manejando los hilos desde su escritorio. 

Otra etapa de meseta se dio a fines de los 70, hasta el rejuvenecer y la explosión de 1979, cuando después de un año de haberlo elegido en el draft, Larry Bird debutó en el equipo. Bird fue exactamente lo que Boston necesitaba. Encajaba perfecto con su historia, con su filosofía, con la forma de entender el juego y con él empezó la otra gran era ganadora de Boston que, como en los 60, se alimentó también de la mayor rivalidad de la historia: Celtics vs Lakers, Larry Bird vs Magic Johnson.

Con Larry, y luego Kevin McHale, Robert Parish, Dennis Johnson y demás, los Celtics ganaron 3 anillos (1981, 1984 y 1986), llegaron a otras tantas finales y dejaron una marca imborrable, que quizá pudo ser todavía más importante si los problemas físicos de Bird no hubiesen aparecido tan temprano en su carrera. Con la salida de Larry en 1992, ya sin Auerbach (se retiró después del título de 1984) empezó la peor etapa de Boston en su historia. Apenas dos primeras rondas en los siguientes 10 años, con 6 seguidos sin jugar playoffs. 

El equipo recuperó algo de alegría con la llegada de Paul Pierce y luego, con Danny Ainge como GM, se armó algo interesante, pero que no terminaba de cuajar, hasta que Ainge consiguió cerrar un acuerdo único, fichando a un Kevin Garnett en plenitud en el 2007 y a Ray Allen, para formar un equipo poderoso (hacía un año estaba también Rondo) que ganó el anillo en su primer intento, y llegó a las finales dos años después, en el 2010. 

En el 2013, Ainge hizo una operación muy criticada, mandando a Pierce y a Garnett a Brooklyn, pero consiguiendo picks de draft que, casi una década después, son la base de estos Celtics que vuelven a estar en una definición, a 12 años de aquellas del 2010 contra los Lakers. Ahora en los escritorios esta Brad Stevens, el coach que empezó el proceso de recambio con los Jaylen Brown, los Jason Tatum y los Marcus Smart, que varias veces estuvo a las puertas, pero que en el banco no lo consiguió.

Ahora es el cerebro atrás de este equipo joven, con ímpetu de ser la tercera ola verde que deje una marca en la historia de la NBA. Enfrente tiene a otra dinastía, pero ya dejó claro que no los asustan los nombres, ni las canchas, ni nada. Son los nuevos viejos Celtics. 

 

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