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Dallas Mavericks está en su tercera final de la NBA desde su llegada a la mejor liga del planeta en la temporada 1980/81. El hecho de alcanzar una nueva definición es casi en exclusividad por lo que viene haciendo Luka Doncic. El esloveno, desde que dio sus primeros pasos en la competencia, viene creciendo a pasos agigantados erigiéndose en una de las principales estrellas del torneo.

Pero Doncic tuvo un padrino en su arribo a la NBA, una voz de la experiencia que le marcó cuál era el camino que debía seguir, que le indicó cómo debía trabajar y manejarse si quería, al igual que él, dejar su nombre estampado en la historia grande, no solo de la franquicia sino también de la competencia. Dirk Nowitzki, quien estaba jugando su última temporada, en la 2018/19, cuando llegó el joven esloveno.

Pese a sus 19 años, Doncic no era un jovencito más. Luka venía de ganar absolutamente todo en Europa con Real Madrid: 3 Liga ACB de España, 2 Copa del Rey de España, 1 Euroliga y 1 Copa Intercontinental. Siendo el MVP en 2018, antes de partir, de la competencia europea y también de la doméstica. Pero eso no era todo: un año antes había ganado la medalla de Oro en el Europeo jugando para Eslovenia.

Pero Dirk lo recibió con los brazos abiertos y lo acobijó debajo de sus alas para enseñarle a volar. El propio Luka, en la previa de su primera final de la NBA, recordó cómo fue ese primer año junto al alemán: “Recuerdo mi primer año cuando vine aquí, era surreal estar en el mismo equipo que Dirk Nowitkzki. Obviamente me hubiera gustado jugar más con él, pero esa última temporada, cuando fue su última temporada y la primera mía, fue increíble solo de experimentar”.

Luego agregó: “Me ayudó mucho sobre todo venir a la NBA sin saber qué esperar, qué tipo de jugador iba a ser, así que me ayudó mucho con solo verlo trabajar todos los días. Incluso en su última temporada la cantidad de trabajo que hacía”.