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Estados Unidos, desde la creación de la NBA y tomar la decisión que los mejores jugadores de dicha competencia, sumado a las dos o tres grandes figuras de la NCAA representen al seleccionado nacional en las competencias FIBA, fue amo y señor. Pero, hubo una excepción, cuando bajaron un poquito la guardia, pagaron caro.

En 2004, en los recordados Juegos Olímpicos de Atenas, sumaron el segundo revés en fila luego de la estrepitosa caída en el Mundial de 2002 en Indianápolis organizado por ellos mismos y que terminó por explotar en el Mundial 2006 en Japón. Tras eso, volvieron a sus fuentes y llevaron lo mejor que tenían. No se podía perder más.

Para Beijing 2008, Mike Krzyżewski fue a buscar recuperar la gloria para Estados Unidos y hacer que la bandera flamee, nuevamente, en lo más alto del podio. Fue con un plantel plagado de figuras encabezado por Kobe Bryant y LeBron James. Escoltados por Dwayne Wade, Carmelo Anthony y Chris Bosh, con Jason Kidd como jugador experimentado y director de orquesta.

Lo que pasó en ese torneo, dentro de la cancha, es historia conocida: Estados Unidos pasó por encima a cada uno de los rivales que tuvo enfrente y terminó colgándose la medalla de oro, volviendo a ser el mejor equipo del torneo tras algunos años.

Ese equipo fue reconocido como: “The Redeem Team”. Hace algunos meses se presentó un documental en Netflix sobre el seleccionado estadounidense en el cual se mostró como se vivió el día a día, la construcción del equipo y más.

Uno de los integrantes del equipo que habló en los últimos días fue Jason Kidd, quien tuvo la difícil misión de ser la voz de la experiencia, el encargado de buscar la comunión entre las dos principales estrellas del equipo: Kobe Bryant y LeBron James, nada más y nada menos. Además reconoció que utilizó el golf como un canal para buscar juntar a sus compañeros, a varios les gustaba jugar, entonces, como en Macao tenían varios campos para jugar, en los tiempos libres solían hacer partidas para distraerse y distenderse.

Kidd expresó: "Nuestra primera práctica fue un momento surrealista porque todo el mundo estaba mirando quién iba a hacer qué, qué iba a hacer LeBron, qué iba a hacer Kobe, y mi trabajo era hacer que esos dos hablaran”.

Luego continuó: "Pero ese fue un gran momento para muchos de los muchachos que fueron a ese campo de prácticas para ver a Kobe reírse de sí mismo. Porque muchas veces no ves a Kobe (riendo), habla en serio y quiere ganar, pero estaba abierto ese día. Eso ayudó a nuestro equipo”.

Jason contó que LeBron se sumó a los planes de entrenamiento de Kobe a las 4 de la mañana y lo hizo con mucha alegría a pasar de la hora: "Y le daré mucho crédito a LeBron porque LeBron hizo algo cada mañana que no creo que mucha gente entienda. Él era divertido. Era un comediante en la mañana cuando hacía imitaciones de presentar a alguien, ya sabes, como 'Kobe Bean Bryant'. Haría este tipo de cosas de las que la gente se reiría. Kobe estaría serio durante los calentamientos, pero luego Kobe comenzó a reírse. Y Kobe comenzó a unirse. Y fue como, ok, está bien, estaremos bien”.