Finales NBA

El análisis de Vadell, J2: Green, el contagiador

10:23 08/06/2022 | Golden State revirtió su imagen en el juego 2 y Diego Vadell te analiza por qué y cómo cambió su funcionamiento el equipo de Steve Kerr.

Draymond Green, el cambio anímico que tuvo la serie en el juego 2 (Getty)

En un primer partido de finales de NBA donde el resultado destruyó prejuicios de acumulación de experiencia en jugadores en estas instancias, nos indujo una vez más a pensar que aquí, en la maravillosa NBA, puede pasar todo lo que no imaginás pero, siempre un pero, ”no se pongan a pensar si no están acostumbrados”, como nos decía Alejandro Dolina. 

Lo que funcionó empieza bien, pero se apaga; lo que no arrancaba, arranca; tensión y nervios, caras como con viento en contra, fruncidas, contactos físicos al límite, desafíos y alguien que siempre sonríe, confía; terciopelo en un terreno aspero. Todo al máximo, finales.

El buen arranque de Boston y de Brown nos hacia creer una continuidad del último cuarto del juego 1. Green sobre él, recibe 2 triples en transición, pero entre líneas se leía una intensidad y fiereza en Draymond, que tocaba todos los balones y comenzaba con su juego al límite, a empujar a sus compañeros. Aparecía la defensa que hasta febrero era la mejor de la NBA.

Deflections en inglés significa desvíos, y eso hacían los Warriors, lo que le provocó a los portabalones dificultad para ver al hombre libre y, lo peor, pérdidas (llevaban 18 y quedaban 9 minutos por jugar) y si te pasa eso contra los Warriors es como estar abrigado pero con los pies descalzos; te vas a congelar.

La ausencia de Andre Iguodala fue muy bien compensada con Gary Payton. Gran defensor y potente atacante que castiga cuando su defensor elige ayudar, volvía después de varios juegos afuera por lesión. Junto con Wiggins y Looney acompañaron al para mí perdonado Draymond Green, que debió haber sido expulsado, aunque él solo reaccionó a una agresión de un Brown que, me parece, sintió la presión del que posiblemente sea el mejor defensor a kilo vivo del presente y para mí el pionero de que exista el small ball. Destaco esto como evento clave y la llave de que los Warriors, en esa tensión y dureza, aparezcan en plenitud en un momento para romper el juego.
 

Boston promediaba el segundo cuarto en un partido luchado donde las tendencias se pagarían: malos porcentajes de tiros cercanos al cesto, compensados con 10/19 en triples en el primer tiempo y un poco del Tatum que conocemos cuando Wiggins descansó y castigó la baja estatura de Payton, ayudaban a estar fuertes en un partido distinto al anterior.

Había una oposición diferente, 9 jugadores sacándose los nervios luchando el partido, menos uno, Curry, que siendo constante, sereno, siempre con su sonrisa que irradia confianza, era una luz. El mejor jugador del mundo con cuerpo de ser humano promedio (no de súper héroe) era la salida y la esperanza. Esperaba por los ausentes, con calma, como buen líder.  Esperó y aportó, hasta que finalmente en un tercer cuarto excelente de Golden State apareció Poole, de mal partido hasta ahí, y que debía sumar en ataque para compensar su vulnerabilidad defensiva. Metió en un 2+1, y 2 triples que transformaron una diferencia remontable en un tobogán a la victoria fácil. 

Las pérdidas aceleraron el juego de los de San Francisco y se empezó a jugar de llegada, donde la defensa Nº1 no podía ser tan eficiente, y los flat pick and roll con Poole o Curry lejos de la línea de 3 empezaron a dar frutos en triples, penetraciones y continuaciones, donde me gustaría valorar la estadística del + -, pero siempre viéndola positivamente. Looney +24, Porter+24. Esto es personal, ese apartado lo miro más cuando es positivo. Me da, aunque sea sesgada, una información más real de los quintetos en campo y sus parciales. 

White, Pritchard, y esta vez un Theis temprano en campo, pagaron caro la imagen que habían dejado en el primer partido. Los primeros sin ser eficientes en ataque, sumando pérdidas pero también sufriendo en defensa en la inercia positiva del local.

Táctica de anticipación como novedad 

Las asignaciones defensivas vienen siendo una cuestión a observar para analizar lo que desean los entrenadores. Golden State es bastante tradicional en el reparto, pero en Boston empiezan cambiados como para anticipar jugadas del rival y dan señuelos para que sean atacados. Estos tienen detrás una preparación de cómo ayudar. Están induciendo a lugares preparados aparentemente débiles. Robert Williams con Wiggins esta vez pagó, como para dar un ejemplo. También Horford en las salidas laterales y de fondo tomó perimetrales peligrosos. Seguiremos siguiendo esta novedad táctica para ver si podemos descubrir el objetivo principal que persigue.

No hay muchas estadísticas para analizar. Esto fue un partido emocional al límite de todo, por momentos desarmado, de desafíos mal elegidos por Boston, que igual se lleva algo valioso. Golden State mostró que se equivocó, corrigió y pegó fuerte. Limpiemos nuestra cabeza, olvidemos y disfrutemos de lo que viene.

Por Diego Vadell
Entrenador de San Martín de Corrientes

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