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Desde que llegamos a Francia para cubrir estos Juegos Olímpicos, teníamos una sensación que no se podía explicar demasiado, pero que el martes, el día de los cuartos de final, nos explotó por dentro en el cuerpo. Y no es una cuestión solamente de que Argentina no haya estado presente (eso puede volver a pasar si se corrigen algunas cosas y se trabaja muchísimo con lo que hay), sino principalmente darnos cuenta de dónde estuvo Argentina durante casi 20 años. 

Al bajar a la zona mixta donde se puede entrevistar a los jugadores luego de cada partido, irremediablemente se nos vinieron a la memoria los 3 Juegos en los que Básquet Plus ya existía, (2008, 2012 y 2016), y los del 2021 en donde la pandemia nos impidió viajar, y recordábamos esos mismos momentos en los que nos llegó a ser habitual llegar a esa zona con Argentina victoriosa o, cuanto menos, con el equipo protagonista al más alto nivel, como en Río. 

No es que no supiéramos antes que esos 3 Juegos consecutivos en los que Argentina llegó a semifinales, alcanzando 2 medallas, que eso no era la normalidad para siempre, pero la realidad es que, así como los jugadores se adaptan a cada liga del mundo a la que van, nosotros los periodistas nos adaptamos a una Argentina potencia. Potencia temporal, es cierto, pero potencia al fin. 

El martes recordábamos aquella victoria inolvidable ante Grecia en Beijing, con la euforia gigantesca de los argentinos luego de sufrir como condenados contra los europeos (otra vez), tras el tiro final de Spanoulis que no entró. Y su euforia en esa zona mixta por llegar a semis por segunda vez seguida tras el oro en Atenas. Lo mismo en el 2012 en Londres. ¿Cómo olvidar el triunfo ante el Brasil de Magnano con aquel partidazo de Manu, Scola, Chapu y Delfino? Eran épocas de Scola jugando de pivote y Chapu de 4, pero Argentina se las arregló igual para volver a meterse en semifinales: tercera vez seguida. 

El martes varios nos decían que el partido de cuartos de final es el más difícil del torneo. ¡Claro! ¡Cómo no lo vamos a saber! Grecia dos veces (2004, 2008) y Brasil en el 2012 lo dejaron bien en claro. Pero ganando. Después en el 2016 fue otra historia contra Estados Unidos (¿qué hubiese sido en ese torneo con el actual sistema de juego?) y Tokio 2021, con el retiro definitivo de Scola y todo lo que eso significó de ahí en más. 

Seguiremos yendo a la zona mixta, seguiremos entrevistando a los que vayan ganando o perdiendo, pero no podremos evitar nunca que se nos pase por la cabeza cuando ahí buscábamos otra cosa. Las palabras de la gloria o del llanto. Terminemos de soltar, terminemos el proceso. Es bravo. 

Fabián García / [email protected]
Enviado especial a París, Francia
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