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Vincent Collet podría ser el ejemplo básico para cuando se habla de éxitos y fracasos. Para muchos, el DT francés que a punto estuvo de romper la hegemonía norteamericana de oros olímpicos es un fracasado porque no ganó algunos torneos en los que era favorito, como el Mundial 2019, o por la flojísima tarea en el Mundial 2023. Para nosotros, Collet es un tipo exitoso, que en 15 años, es cierto, solo se subió al máximo escalón del podio una vez (Eurobasket 2013, con Tony Parker de figura), pero que siempre mostró en cancha una identidad. 

Francia fue a lo largo de estos 15 años un equipo que jugó siempre un básquet serio, organizado, con identidad clara, con propuestas de juego elaboradas y con una consistencia a lo largo del tiempo, pese a cambiar notoriamente su conformación. Collet empezó en el 2009 ya con Parker, Batum, De Colo y Diaw, luego fue sumando jugadores como Fournier, Gobert, Lauvergne o Heurtel, para terminar con la explosión del fenómeno Wembanyama. 

En estos 15 años tuvo varios choques de frente contra la pared. En el Mundial 2014, luego de eliminar a la España todopoderosa de local (los Gasol, Rudy, Navarro, Llull, etc), quedó afuera contra Serbia en semis. En el Eurobasket siguiente cayó en semis ante España con Parker en el equipo, en el Euro 2017 se la pegó de frente (12º) y luego vino la decepción contra Argentina en la semis del Mundial 2019 y el último Mundial (claramente los torneos que más sufrió), en donde quedó afuera en primera ronda tras perder contra Letonia y por 30 ante Canadá. Su peor torneo. 

Sin embargo, si vamos a los Juegos Olímpicos, fue uno de los que se le plantó al Team USA en Río 2016 y casi lo vence (perdió 100-97) en la fase de grupos. Es decir, desde el 2016, en Juegos Olímpicos, los equipos de Collet siempre lo tuvieron a mal traer a Estados Unidos: perdieron ese por 3, le ganaron en Tokio el primer choque, luego perdieron la final por 5 y este sábado cayeron por 11, pero tras dar una enorme pelea durante 38 minutos. 

En el medio, Collet tuvo que bancarse el conflicto con Heurtel por su salida del equipo francés a partir de la polémica por su fichaje en Rusia (el gran déficit de Francia en estos años siempre fueron los bases y Heurtel era uno muy bueno), y en medio de estos Juegos de París, su cruce con Fournier, que terminó siendo, a nuestro juicio, la fuente en la que el grupo terminó encontrando la unión que les permitió salir de la crisis. 

Collet se va entonces con un oro, dos platas y un bronce en Eurobasket, dos bronces mundiales y dos platas olímpicas. Récord global de 179 victorias y 74 derrotas. Nada mal, aunque le reclamen. Es cierto, pudo ganar más torneos, porque equipo no le faltó, pero tampoco resignó sus ideales y siempre intentó jugar con seriedad. Vincent, que seguramente volverá a la actividad de clubes pronto, porque tiene nivel, puso alto el listón para el que venga, que tendrá una responsabilidad bastante distinta: comandar la generación joven más talentosa de la historia de Francia.