Lima 2019

Villar: "Colgarse un oro panamericano es una emoción muy grande, sin importar qué hayas ganado"

11:31 26/07/2019 | Argentina terminó su preparación en el Dow Center y después del Tres Naciones partirá a Lima, Perú. Desde Básquet Plus, recordamos la medalla de oro en Mar del Plata 1995 con uno de los campeones.

Foto: Archivo CABB

Se viene una nueva edición de los Juegos Panamericanos. Lima, Perú, será la sede y la selección argentina masculina, que comenzará su aventura el miércoles 31 de agosto ante Uruguay, tiene algunas medallas en su haber. Además de dos bronces en la década del 50, Argentina consiguió un histórico oro en Mar del Plata 1995. Sobre aquel torneo charlamos con Luis Villar, uno de los protagonistas de ese título panamericano.

- Se vienen los Panamericanos y vos fuiste parte del plantel que consiguió el único oro de Argentina en la competencia. No es poco, ¿cuál es el primer recuerdo que se te viene a la cabeza?
. Lo que más recuerdo es la fiesta una vez que logramos el campeonato y la emoción de la gente. El Polideportivo como creo que nunca se vio: toda la gente parada, apretada, no entraba un alfiler. Me quedó grabado a fuego la emoción de la gente.Nos fuimos casi dos horas después del estadio porque la gente no se iba. Me acuerdo que estaban los otros deportistas: atrás de un aro estaba toda la selección de fútbol, que la dirigía Passarella. Había jugadores estrellas como el Burrito Ortega por ejemplo. Fue como una comunidad entre los atletas y la gente. Mirá que tuve la oportunidad de salir campeón de la Liga Nacional en Boca, en Atenas… pero me quedó grabado el fervor y la emoción de la gente en Mar del Plata. Me pegó muy fuerte la conexión con esa selección.

- ¿Al día de hoy seguís recordando aquel título permanentemente? ¿Qué sentís en esos momentos?
. Sí, es uno de los logros que más valoró en mi carrera. Recuerdo que fue el merecido premio a un cambio de mentalidad que ya empezábamos a tener en esa época, de la mano de Vecchio. En la preparación ya nos metía la palabra podio en la cabeza. Como era en casa tenía mucha responsabilidad y la verdad que fue un equipo que se fue armando. El equipo fue de menor a mayor. Después del primer partido contra EEUU, donde perdíamos por casi 20 puntos, los remontamos y terminamos ganando en el último segundo con una salida de fondo: supuestamente yo tenía que cortinar a Espil, pero me la dieron a mi (creo que fue el Gallo Pérez), se la di bajo del aro a Diego Osella y ganamos sobre la chicharra. Fue medio épico y ahí nos cambia la cabeza a todos. Empezamos a ser un equipo sólido y unido. Era impensado hasta ese momento ganar el oro y venciendo dos veces a EEUU.
En ese momento, con semejante clima, se vivió muy intensamente y todos sentimos una emoción muy grande. Hablo por mi y te puedo asegurar que fue una de las dos o tres emociones más grandes de mi carrera. Fue hermoso. Colgarse en el pecho una medalla de oro de unos Panamericanos, por más que a veces traten de desvirtuar ese tipo de torneos, es una emoción muy grande, te llames como te llames y hayas ganado lo que hayas ganado.

-¿Cómo recordás la preparación de aquel torneo? ¿Nada que ver con la antesala que tuvo este equipo en el Dow Center?
. Fue especial porque el idea que llegamos a La Rioja, se produce el accidente de Carlitos Menem y fue todo una revolución. Habíamos arrancado con una idea y ante semejante hecho que convulsionó todo terminamos haciéndola como se podía. Diego Maggi se incorpora a último momento por un problema del Loco Montenegro. A mi en lo personal me favoreció porque pude jugar más de lo que en principio tenía planeado Vecchio. Si la tengo que comparar con el Dow Center y la preparación de esta selección, estamos hablando de historias totalmente distintas. No tiene nada que ver una con la otra. Todo lo que tiene que ver con la selección argentina antes era la antítesis.
Lo nuestro era ‘a lo que se podía’. Las planificaciones quedaron de lado. Sobre la marcha surgían inconvenientes o modificaciones. No reniego de eso, pero sí te digo que era irreal hasta viajar en business en un avión. Era un locura. La Villa donde paramos nosotros eran los hoteles de Chapadmalal. Pero los edificios que estaban mejor se los dieron a los de afuera para dar una mejor imágen y a nosotros nos tocó un lugar que no te lo puedo explicar…cuchetas donde me quedaba de la rodilla para abajo colgando la pierna o tenía que dormir todo doblado. Te lo comparo con la colimba, pero la colimba era mejor. Con eso te lo resumo. Era así y tenía su parte linda que fuera así también.

-¿Cómo fue la final con EEUU?
. La final la recuerdo con una expectativa y un ambiente tremendo. Caravana en la previa camino a la cancha. Un ansiedad con todos recontra enchufados. Estábamos felices, pero con la presión que significaba esa expectativa. El voley había ganado el oro el día anterior y después jugaba el equipo de fútbol, que estaba en la cancha. Una hora antes estaba repleta. Fue distinto al primero porque tuvimos la iniciativa. En el final metí un ganchito de esos que tiraba yo e imaginate… me sentía el Rey León. Fue impresionante. Fue un partido duro donde los tipos no se entregaron nunca.

-¿Cómo ves a este equipo para los Panamericanos teniendo en cuenta que esta camino al Mundial? ¿Te entusiasma?
. Te soy sincero, esta selección a mi me entusiasma muchísimo. Tiene la mezcla justa de experiencia y juventud. Los que ganaron siguen manteniendo el hambre como Luifa, tratando de dejar un legado que quede. Está ahí apuntalando a los más chicos, sumado a Facu (Campazzo) y Nico (Laprovittola, en el nivel que están. Me encanta esta selección por el compromiso, por lo que transmite y creo que va con muchísimas chances. Sería muy lindo que ganen la medalla de oro, ojalá se de. Me siento orgulloso de esta selección: por cómo juegan, lo que transmiten y por el legado que están dejando. Esperemos que lo aprovechen y se cuelguen esa medalla que les va a quedar para toda la vida.

Camilo Marchetta/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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