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Quilmes terminó de consolidar este jueves una remontada memorable, venciendo a Bahía en el quinto punto de la serie por 90-77, ganando su tercer juego consecutivo y avanzando a la semifinal del Sur, donde ya lo esperaba Ferro. Los de Bianchelli tuvieron varios puntos muy altos para imponerse en el Casanova y luego del duelo, hablamos con uno de ellos: Enzo Ruiz, autor de 12 puntos, además de realizar una gran tarea defensiva sobre Lucio Redivo.

- Revertir un 0-2 contra un gran equipo como Bahía es terrible. Pero me parece que ustedes nunca perdieron la convicción y la serie la revirtieron desde ahí, no solamente en este quinto partido.

. Totalmente. Es más, nosotros después del primer partido, en la charla en el vestuario, hablamos de que nosotros no somos eso. No habíamos hecho nada. Eso nos tocó muy adentro. Pero te soy sincero, nosotros sabíamos que la serie iba a llegar a un quinto partido. Y después de lo que la luchamos como local, en el tercero y el cuarto, donde estuvimos en desventaja durante mucho tiempo, dijimos: muchachos, el quinto lo ganamos como sea. Y bueno, fue así. Ayer en la práctica las cosas que queríamos cambiar se hicieron bien... ¿viste cuándo salís de esas prácticas, convencido de que va a salir bien todo? Fue así. Había que sacar un poco más además de lo táctico. Y le decía a los chicos, fuimos hombres. Demostramos caracter y al final se notó eso.

- Parece que Quilmes está un poco acostumbrado a ganar series en las que arranca de punto. Este año empezaron la Liga con muchas incertidumbres y me parece que el objetivo era lograr la permanencia. ¿En qué momento creés que hicieron un click para ver que estaban para más?

. Nosotros nos dimos cuenta que estábamos para mirar para arriba, después de que ganamos de visitante en Formosa. Ese partido nos hizo animarnos a mirar para arriba. Al principio de la temporada, era un equipo que estaba en los planes de la permanencia. Perdimos el primer partido por 30 el clásico. Todo daba negativo. Pero el equipo se fue acomodando. Eric la rompió toda. Yo pasé por la lesión y después era reinsertarme en un equipo que ya estaba funcionando. Era todo un cambio. Después de ganar ese partido nos dimos cuenta que podíamos llegar. No era una locura porque le estábamos jugando de igual a igual a todos. Nos costaba ganar de visitante, pero a partir de ahí empezamos a hacer grandes juegos afuera de casa. Ahí tomamos el compromiso de mirar para arria. Los resultados nos acompañaban, porque nosotros ganábamos y los de abajo perdían. Fue convencimiento y ganas de querer salir.

- ¿Cómo se sale ahora de este tipo de situaciones que les toca atravesar? Porque ahora ya en un par de horas tienen que ponerse a pensar en Ferro y deben estar con una euforia bárbara.

. Nosotros nos escuchamos entre todos. Yo lo escucho a Luca, Luca me escucha a mi. El compromiso que tenemos nos ayuda. Fue como ahora, empezamos 2-0 abajo, todo negativo y nos dijimos entre nosotros que lo podíamos dar vuelta. Este es un grupo bárbaro y eso hace todo mucho más fácil. Es como decís vos, ahora el cuerpo técnico ya está haciendo el scouting de Ferro y es cuando decimos bueno, ya está. Hay que ponerse a pensar en lo que sigue. Ya estamos pensando vos a quién marcarías, cómo defenderías esto o lo otro. Sin darnos cuenta de lo que acabamos de hacer. Pero es parte del compromiso de cada uno y la química que tiene este equipo, que te hace quedarte tranquilo también.

- Creo que era una temporada en la que te podías afianzar en un montón de cosas. Desde lo colectivo, con todo lo que le pasa a Quilmes, porque vos sos gran protagonista de esto. Y creo que fue una reivindicación en algún punto, porque después de una temporada complicada, diste vuelta muchísimas de las opiniones que había. Terminaste de dar ese vuelco, estás en un momento personal brillante, ¿cómo actúa todo esto para terminar de dar ese salto?

. Mirá, vos me la preguntás y la verdad es que yo también me lo pregunté bastante seguido. Años como este, a un jugador le ayudan a madurar de la cabeza. Y todavía puede pasar, que haya una parte de la gente que a medida que nos va yendo bien, más bronca les da que mi vuelta haya sido de esta manera. Yo tuve el desafío y tenía muchas ganas de que salga bien. Me podía salir mal, pero era un desafío del que iba a aprender. Se dio todo bien en el año. En lo personal es relativo, porque si al equipo le va bien, a uno también le va bien. Uno aprende de cosas. Javier me dio la confianza absoluta. Pasé momentos durísimos. Tuve una lesión que casi me deja afuera de la temporada. Pero me aguantaron todos. La verdad que esta temporada la estoy aprovechando al máximo, porque he madurado en muchísimas cosas, como jugador, como persona. Como todo. La estoy disfrutando. Este año lo disfruté día a día. Traté de no hacerme problemas con las cosas extras, porque eran pequeñas. Traté de mantenerme siempre enfocado, que nada me afecte. Y por suerte la cabeza funcionó al 100%. En esta serie, por ejemplo, del tercer partido en adelante me tocó defenderlo a Lucio y yo tenía ese foco en mi cabeza. Por ahí me tocaba hacer pocos puntos, pero estaba convencido de hacer eso, porque sabía que era lo que el equipo necesitaba y disfrutaba de tener esa misión. 

- ¿Te sirvió mucho el tema de ser padre en este año, para empezar a tomarte las cosas de otra manera?

. Totalmente. A mi siempre me tocaba preguntar cómo era y la verdad que me cambió la vida. La verdad es así, te la cambia. Te hace mirar todo desde otro perspectiva y ver que te hacés problema por pequeñas cosas. La llegada de un hijo te cambia la vida, te ayuda muchísimo. Y a la hora de entrenar, sabés que tenés alguien por quién trabajar. Ahora hay alguien que te está mirando y vos querés hacer lo mejor para que esa persona esté bien. Te ayuda constantemente a superarte y no hacerte problemas por boludeceses.