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Luego de una excelente 2017/18, en la que peleó tanto el Súper 20 como la Liga Nacional, Instituto encara una temporada de enomes desafíos, no solo con la idea de repetir lo logrado a nivel doméstico, sino también con su primera experiencia en el plano internacional, jugando la Liga Sudamericana. Para ello ha mantenido a la mayor parte de su plantel, más allá de haber sufrido una baja clave: se fue Dwayne Davis, gran figura de la última Liga y llegó el experimentado uruguayo Leandro García Morales.

La Gloria viene de tener una Liga excepcional en el costado ofensivo, siendo uno de los ataques más efectivos de la última década: más allá de promediar por encima de los 85 puntos, lo hizo con excelentes porcentajes desde todos los sectores (53% en dobles, 39% en triples y 79% en libres), además de una buena relación de asistencias (16,7) vs pérdidas (12,2). El problema es que ahora ya no disfrutará de las soluciones que le otorgaba en ese costado Davis y sus 19,4 puntos en 26,1 minutos de media (54% en dobles, 37% en triples y 90% en libres), ni tampoco del buen goleo que traía Horner desde el banco (8,6 unidades).

Es cierto que buena parte del éxito de Instituto estuvo vinculado a la dinámica de su juego, con ofensivas abiertas y muy buen movimiento de pelota. Pero veremos cuánto logran adaptarse los nuevos nombres, especialmente con el desafío que tendrá García Morales de mostrar que puede ser una primera opción eficaz dentro de nuestra competencia. De todas formas, se espera que los cordobeses repartan mucho más su goleo y podrían tener hasta ocho jugadores diferentes promediando por encima de los 7 puntos, nuevamente con el tiro de tres como su arma predilecta.

Defensivamente, Instituto dio algunas ventajas en la 2017/18 y si bien parece haber dado un paso atrás en lo que respecta al ataque, hoy tiene potencial para dar más en este costado. El nombre clave aquí es el de Pablo Espinoza, uno de los defensores más determinantes y versátiles de la competencia, no solo en la marcación individual, sino también por su aporte en los tableros (en él y en Clancy, Müller cuenta con dos de los mejores cinco reboteros del torneo). Incluso García Morales, quien nunca ha sido un especialista, puede dar más que un Davis que sufría demasiadas desconcentraciones en este campo.

El último punto clave para Instituto pasará por su rotación, la cual en principio, vuelve a parecer algo corta (de solo 8). Si bien tuvieron suerte en la 2017/18 con el tema lesiones, el actual plantel carece de demasiada profundidad fuera de sus fichas mayores, lo cual siempre es un peligro en nuestra en competencia. Si los jóvenes (Rupcic, Pedano o Reyes) logran dar una mano y ganarse algunos minutos extras en cancha, será importantísimo para darle frescura a un grupo titular que sin dudas está entre los mejores del torneo.