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Kobe Bryant fue Los Angeles Lakers y Los Angeles Lakers fue Kobe Bryant. Así de simple, también así de complejo, al menos en los inicios previos a su llegada al equipo de California. Era un talento de secundaria que todavía tenía que desarrollarse y no muchos se animaron a jugársela por el joven escolta de Lower Merion.  

Los Lakers eran uno de los que deseaban tenerlo, pero también, en ese entonces, aparecieron los dirigentes y entrenadores de New Jersey Nets. Los de la Gran Manzana habían contratado recientemente a John Nash como gerente general y a John Calipari como entrenador y vicepresidente de las operaciones de básquet. Ambos estaban interesados en el escolta y querían usar el pick ocho para seleccionarlo.  

El detalle lo dio a conocer Jonathan Abrams en su libro Boys Among Mens, en donde comentó que los Nets tuvieron tres entrenamientos privados con Kobe, lo que significó un número de prácticas muy alto ya que la mayoría de los prospectos sólo tienen uno, o como máximo dos, entrevistas con los equipos interesados en ellos.  

En ese entonces, New Jersey Nets era propiedad de un grupo de empresarios llamado The Secaucus Seven. Estos dueños tenían una manera insólita de manejarse y, para que no haya molestias, cada uno de ellos rotaba año a año su rol como intermediario entre el equipo, los jugadores y los entrenadores en general.  

El encargado de ocupar ese rol en 1996, el año en el que Kobe se presentó al Draft, era Joe Taub y a él no le gustaba mucho la idea de elegir a Bryant. Este dueño creía que el escolta tardaría mucho en desarrollarse. Sin embargo, Nash y Calipari estaban seguros de que ocurriría todo lo contrario y que el de Philadelphia contribuiría de inmediato.  

La relación entre Kobe, Nash y Calipari parecía estar encaminada, pero todo cambió cuando el segundo recibió una llamada del representante que estaba trabajando con Bryant en ese momento, Arn Tellem, para decirle que la cosa entre Bryant y Nets no iba a funcionar debido a que el escolta había tenido una pelea con sus padres y no quería estar cerca de Philadelphia.  

Por si eso no fuera suficiente, el propio Kobe le llamó a Calipari para decirle que si lo elegían se iba a ir a jugar a Italia. El entrenador de Nets estaba volviéndose loco y la apuesta que tenía entre manos comenzó a derrumbarse. Su opción b era Kerry Kittles y, a medida que pasaban las horas, la elección del escolta de Villanova University parecía ser la única que le quedaba.  

Los primeros picks del Draft pasaron y Los Angeles Lakers finalmente fueron los que se quedaron con Kobe, no sin antes otorgar una clase de ingeniería financiera por parte del gerente general del equipo, Jerry West, quien traspasó a Vlade Divac a Charlotte Hornets para hacer espacio salarial para la llegada de Shaquille O´Neal. 

La astucia de West le permitió quedarse con uno de los mejores jugadores del mercado y con una de las mayores promesas de Estados Unidos y del mundo, al cual muchas franquicias le dieron la espalda cuando tuvieron la oportunidad de elegirlo. Kobe estaba destinado a Lakers, pero nada hubiera sido posible sin este efecto mariposa. ¿O deberíamos decir efecto Jerry?  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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