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Corría el año 1981 y en la Argentina, más allá de la situación política grave que se vivía, todos los fines de año había una ceremonia que, en ese entonces, era la única que premiaba al mejor basquetbolista de la temporada, ya que no había Liga Nacional ni medios que hicieran ese trabajo. Eran los premios Olimpia, que siguen estando al día de hoy. 

La fiesta fue en el estadio Luna Park y por el básquetbol los ternados fueron Carlos Raffaelli, Miguel Cortijo y Adolfo Perazzo. Raffaelli era el mejor jugador argentino del momento y con Obras era uno de los dos grandes animadores de los torneos metropolitanos, junto con Ferro. Adolfo Perazzo también era parte de ese Obras. 

Miguel Cortijo, líder de los de Caballito, ese año había tenido una temporada fantástica, como en 1980: Ferro había ganado el torneo Apertura, pero sobre todo se había quedado con el Sudamericano de Clubes en Paraguay, siendo la primera vez que un club argentino se quedaba con ese torneo en 19 ediciones. 

Por eso, Cortijo se quedó con el Olimpia de Plata, que ganó 5 veces en su carrera, siendo hasta este año el más ganador de la historia junto con Facu Campazzo, superado en diciembre pasado por Luis Scola (6). Lo mejor de la foto, de todos modos, es la facha impresionante de los 3 ternados: Raffaelli y su saco cruzado, Cortijo con el tres piezas y Perazzo con el traje clarito. Siempre dejando impecablemente representado a nuestro deporte.