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Decir Virtus Bologna, en Argentina, trae inmediatos recuerdos. Aunque no el más importante, el primero es con Hugo Sconochini, coronándose como el primer argentino campeón de la Euroliga en 1998, con Ettore Messina como entrenador y cracks como Predag Danilovic o Antoine Rigaudeau como compañeros. En el 2000, la franquicia sumó al que sería una de sus máximas figuras históricas: Manu Ginóbili. Y con él como MVP, ganaría otra vez la Euroliga en 2001 y llegaría a la final en 2002. 

Luego vino la debacle y en la 2002/03 el equipo se fue a la A2 por sus problemas financieron, para volver en 2005/06, con otro argentino en su plantel: Andrés Pelussi. En la 2009/10 llegaría también Patricio Prato. Pero la etapa de títulos era tiempo pasado. En la 2006/07 fue finalista, pero luego nunca más pudo pasar de cuartos de final. 

Pero en el receso de este año, todo cambió. El club se lanzó al mercado con ferocidad y se llevó a la perla europea en danza: Milos Teodosic, tras su opaco paso por la NBA. Y cambió prácticamente a todo el plantel que había ganado la BCL Europa en la 2018/19. Solo dejaron a Baldi Rossi, Cournooh y Pajola. También voló el entrenador, aunque eso ocurrió en marzo del 2019. Llegó Sasha Djordjevic, que sigue y que armó un plantel como para ser protagonista en la Lega y en la Eurocup, mirando sobre todo más allá, buscando ser una plaza atractiva para una de las wildcards que dará la Euroliga para la 2020/21. No caben dudas de que logrará una.

Y es que el club fichó por dos o tres años a la mayoría de los nuevos: Teodosic (3 años), Kyle Weems (2), Vince Hunter (2), Julian Gamble (2), Stefan Markovic (2). Ellos son la base en la que se sustenta el equipo. Obviamente es Teodosic el abanderado, pero no el único estandarte del equipo que también tiene al argentino Marcos Delía, como para continuar con la historia que tan bien ha unido al club con nuestro país. 

¿Es hoy un equipo con nivel Euroliga? Más allá de tener una de las mejores duplas de bases de Europa (Teodosic/Markovic), y algunos jugadores interesantes para Eurocup (Gaines, Hunter, Gamble), el dato es que no tiene un juego interior intimidante. Julian Gamble, con 2.08, es su interior más desequilibrante (11.6 puntos y 5.5 rebotes en la Eurocup), y después vienen el italiano Filippo Baldi Rossi (5.2 y 3.5, respectivamente) y el propio Delía (3.1 y 1.8). Hunter es un cuatro sin tiro exterior, pero rendidor, y poco más en esa zona. 

De todos modos, como los buenos equipos europeos, tiene la ventaja de contar con 12 jugadores mayores, más algunas jóvenes promesas, como para mostrar un plantel largo, mucho menos desgastado que San Lorenzo. Los italianos jugaron en este año 14 partidos por Eurocup y 20 por la Lega, pero nadie llega a los 30 minutos de media. El que más juega en ambos torneos es Markovic, con algo menos de 29. 

En la competición europea, ya que en el Top 16, la Virtus marcha líder de su grupo, junto con el Partizán, con 3 victorias en 4 partidos (en la primera fase terminó 8-2), mientras que en la Lega está puntero cómodo, con 18 victorias en 20 partidos. 

Su media cancha es indudablemente lo mejor que tiene: además de sus bases, está Frank Gaines, un escolta picante, y los aleros Gianpaolo Ricci y Kyle Weems, con gol ambos en las manos y buen tiro de tres puntos. De todos modos, no asustan.

Son claramente los favoritos para ganar la Copa, pero en un partido de 40 minutos, y dependiendo mucho de la importancia que Djordjevic y los suyos le den, todo puede pasar. De hecho, menos de una semana después de la Intercontinental, en Italia se jugará el Final Eight con los mejores 8 equipos del torneo, y donde la Virtus seguramente querrá plasmar lo bueno que viene haciendo todo el año. Veremos.