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Aunque el 4-1 pareciera marcar una diferencia clara entre lo hecho por uno y otro, la realidad es que la serie entre Golden State y Portland acabó siendo mucho más pareja de lo que podía esperarse. Los Blazers no sólo estuvieron a la altura, sino que en varias ocasiones, pusieron contras las cuerdas al campeón, incluyendo en el reciente quinto duelo.

Decididos a extender el cruce a un sexto partido en Portland, la visita salió con todo y sacó provecho de unos Warriors, algo desconcentrados. "Parece que están jugando un partido en marzo", les reclamó Kerr a sus dirigidos durante un tiem-out. Igualmente, la diferencia no era grande y tras 24 minutos de acción, los de Stotts estaban al frente por 63 a 58, en un nuevo festival ofensivo.

De a poco, Golden State se fue metiendo en juego, impulsado por un Klay Thompson más caliente que nunca. Curry también aportaba lo suyo y al finalizar el tercero, los dueños de casa ya estaban al frente: 93-91.

Los Warriors parecieron quebrar el partido en un par de ocasiones en el cuarto período, pero con mucho amor propio, los jóvenes Blazers siguieron presentando batalla y haciendo de este, un desafío con final incierto. ¿Qué lo terminó definiendo? Un bombazo de Curry, cuando no. El base extendió la diferencia a 5 a falta de 24 segundos y luego definió la serie desde la línea de libres, estampando el 125 a 121 final.

Thompson fue el máximo anotador del ganador, con 33 puntos. Cerca estuvo Curry, con 29 y 11 asistencias, en una noche donde los Splash Brothers se combinaron para 11 de 20 en tiros de tres puntos. Draymond Green combatió algunos problemas en el tobillo para terminar con 13 puntos y 11 rebotes, mientras que Shaun Livingston aportó 10 unidades desde el banco.

Por el lado de Portland, hubo varias figuras a destacar: Damian Lillard (28 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias), CJ McCullum (27 puntos), Allen Crabbe (20 puntos), Al Farouq-Aminu (16 puntos y 9 rebotes) y Maurice Harkless (13 puntos).