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Porra, vincha, tatuajes, caminata lenta y seriedad. Así era fuera de la cancha Cleotis Brown. Dentro del rectángulo su personalidad no difería mucho y en cada partido deleitaba a los fanáticos con su estilo suelto y sin apuros. Era tímido, pero dejaba que su juego hable por él. Lo hacía todo a su propio ritmo, como si los escenarios no fueran más que playgrounds de su Alabama natal. Llegó a la Argentina en la temporada 2004/05 y nunca más se borró del imaginario colectivo del básquet nacional. 

En esa primera campaña arribó al país de la mano de Quimsa, que lo fichó para disputar el Torneo Nacional de Ascenso, que hoy se conoce como Liga Argentina. En aquella temporada no defraudó y promedió 22.9 puntos por juego que le permitieron ser el mejor extranjero y el MVP de la competencia.

Luego, la siguiente etapa la transcurrió en Regatas de Corrientes, en donde fue considerado un ídolo de la ciudad. En su periplo en el norte promedió 18.3 puntos, 4.5 rebotes y 1.9 asistencias en 33.8 minutos en cancha y 37 partidos disputados. 

En la 2006/07 volvió a la Argentina, en donde jugó para Libertad de Sunchales, otro de los equipos en los que dejó grandes memorias. Allí disputó 46 partidos con guarismos de 18.5 puntos y 3.8 rebotes, dejando bien en claro que era uno de esos foráneos especiales en la historia de la Liga Nacional. A su vez, fue seleccionado para el Juego de las Estrellas y con los de Sunchales se coronó campeón de la Liga Sudamericana en 2007.

Pero su mejor momento llegó la campaña siguiente, en donde lo sumó otra vez Quimsa. ¿Sus números? Los más altos de su carrera en el país: 19.3 puntos, 3.8 rebotes, 2.0 asistencias y 40.0% en triples. Además, participó otra vez del Juego de las Estrellas y fue seleccionado para integrar el quinteto ideal de la temporada. 

Cleotis jugaba de alero, pero era uno de esos jugadores que podía ocupar diferentes puestos, especialmente en ataque. Poseía buen dribling y también mucha inteligencia para aportar en intangibles como cortinas indirectas o posicionamiento. Esto le permitió ser un valioso activo para sus equipos y, a partir de la 2009/10, intercaló participaciones en Libertad, primero, y luego en Quimsa, adonde se quedó el resto de esa temporada y en la 2010/11. 

Sus últimas experiencias en Argentina fueron en Sionista (2011/12) y en Lanus (2012) en donde dejó sabores un tanto amargos si se comparan sus etapas anteriores en las que nunca promedió menos de 18 puntos. 

En la cancha flotaba y estilo derrochaba. Era suelto, atlético e hipnotizante. Lo conocían como Cleotis Brown y en cada club fue especial. Tenía aura, cautivaba y deslumbraba en cada estadio por el que pasaba. Desde Sunchales hasta Corrientes y Santiago del Estero todos lo amaron y aún lo hacen. Su recuerdo se mantiene presente y siempre estará latente. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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