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Chapu Nocioni cuando llegó a Beijing 2008 era un jugador sumamente respetado por sus colegas de la NBA. A base de su juego sacrificado y gran corazón, en los Bulls era uno de los más aclamados, y varios rivales querían tenerlo jugando con ellos. En ese contexto sucedió algo increíble en la villa olímpica de aquellos Juegos Olímpicos.

En su biografía Historias de un Guerrero, el propio Andrés recordó. Una noche, mientras Chapu caminaba por los jardines exteriores del edificio, alguien le tapó los ojos desde atrás con las manos. “¿Adivina quién soy?, me dice en español. Yo no entendía nada. Era Kobe Bryant. Serían como las dos de la mañana y estaba paseando por la Villa. Aprovechaba ahí porque en horario normal lo volvían loco. Me dijo que en los Lakers estaban necesitando a alguien como yo, que si estaba mal en Chicago me fuera allá. Las Leonas andaban por ahí y se volvieron locas pidiéndome que les sacara una foto con él, pero no les di bola, jaja”.

Paradójicamente, el propio Kobe había pedido el traspaso de Los Angeles en 2007 y el rumor más grande con el que lo vincularon fue el de Chicago. Bryant se cansó de que los Lakers no pudieran conformar planteles competitivos para volver a luchar por el anillo y demandó un traspaso. Una vez más, los Bulls eran su prioridad. “Lo que nos expresó fue que quería aceptar el reto de ocupar el lugar de Michael Jordan si eso sucedía. Quería ese desafío. Lo he dicho muchas, muchas veces. Tuve la oportunidad de estar cerca de Michael durante tanto tiempo y ver esa rara competitividad. Kobe tenía lo mismo y es lo más cercano que he visto", afirmó John Paxson, dirigente de la institución de Illinois.

Eventualmente, Los Ángeles convenció a su estrella de continuar y la negociación se cayó. Un año más tarde, Pau Gasol se calzó la púrpura y oro y la organización recuperó ese lugar de excelencia. Nocioni, por su parte, luego de aquellos juegos disputaría más de media temporada con Chicago y sería traspasado a Sacramento.