A 40 años de una de las volcadas icónicas de la historia, y un dato de época
23:20 05/01/2023 | Julius Erving fue uno de los máximos voladores de todos los tiempos y el 5 de enero del 83 metió esta enterrada histórica. Y un número hoy inentendible.
Los 80 fueron probablemente la primera gran década de la NBA. Llegaron Magic Johnson y Larry Bird para crear la primera rivalidad mediática global, ya estaban Kareem, el Doctor J, Moses Malone, Isiah Thomas y otros cuantos cracks y pocos años más tarde arribaron los que terminaron de cocinar la nueva era, encabezados por Michael Jordan, pero con otros varios atrás importantes: Charles Barkley, Karl Malone, Pat Ewing, Hakeem Olajuwon y demás.
Erving, que venía de la ABA con los Nets, era el jugador más espectacular del mundo en ese momento. Hasta la aparición de Jordan, no tenía rival, y además jugaba bárbaro, en un básquet totalmente distinto al de ahora. El 5 de enero de 1983, en el ya desaparecido estadio Spectrum de Philadelphia, los Sixers recibían a los campeones reinantes, LA Lakers, con casi todas sus estrellas, porque no estaba Kareem. Pero sí Magic, Worthy, Cooper, McAdoo y Nixon. Incluso Mark Lansberger, que años después jugaría en Gimnasia de Comodoro.
Del lado local, los que ese año terminarían logrando el último campeonato de Philadelphia en la NBA: Doctor J, Moses Malone, Andrew Toney, Maurice Cheeks, Bobby Jones y otro que luego vino a Argentina para jugar en Ferro, Earl Cureton. Coincidencias de la historia.
En un momento del partido, Cheeks desvió un pase de Magic y Erving lo primereó a Cooper en la media cancha, para salir despedido hacia el cesto contrario, perseguido por el propio Cooper, que en un momento pensó "esta es mi chance de hacer una gran jugada contra un gran jugador. Pero terminó volcándomela en la cara, logrando la mejor enterrada de todos los tiempos".
Quizá viéndola en velocidad normal pasa inadvertido lo más impactante de la acción, que es cómo Julius despega antes que Cooper, y aterriza después que el escolta de los Lakers pasa de largo, para volcarla con una fiereza tremenda. Quizá con los años hemos visto jugadas más impresionantes desde el poder de salto, pero para la época, y en un partido de semejante importancia, fue furor.
El dato de color que mencionábamos en la bajada de la nota tiene que ver con un tema estadístico. Pese a que hacía ya varios años que estaba instalado el triple en la NBA, ese 5 de enero de 1983, los Sixers le ganaron a LA Lakers 122-120 sin que ninguno de los dos equipos anotara uno. Es más, Philadelphia lanzó 2 (ambos Toney) y los Lakers ninguno. Otra época.
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