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A la suerte hay que acompañarla dice el dicho y Julio Lamas lo hizo, estuvo atento, observó como venía la jugada, la situación y provocó un encuentro que le cambió la vida. Entender de donde venís y hacía dónde vas es una de las cuestiones primordiales en la vida. Para Lamas el barrio de San Martín es su vida y su infancia en los monoblocks enfrente al Liceo Militar es una muestra de ello.

En una charla con Alejandro Fantino en el programa ESPN Show, el entrenador contó varias partes de su vida y entre ellas dejó la anécdota de cómo conoció a León Najnudel, no sin antes dar el preámbulo de cómo llegó al Deportivo San Andrés. Hijo de un papá mozo y una mamá enfermera, Julio tuvo una infancia ligada al deporte en la canchita del barrio con el fútbol, pero quiso otra cosa y se fue a jugar al básquet a San Andrés a los nueve años, a quince cuadras de la casa.

“Cuando empecé a jugar al básquet me cargaban”, comentó Lamas antes de meterse de lleno en la historia de San Andrés que terminó en León. Sus años dentro de la cancha fueron hasta llegar a primera y cuando el elenco de Malaver se tiró a jugar a la Liga Nacional, ahí se terminó el Lamas jugador. De esto se dio cuenta el propio protagonista a raíz de uno metamensaje del entrenador de ese entonces, Heriberto Schonwies, quien lo puso en una lista en tres posiciones diferentes, pero como cuarta opción en cada una.

Con un poquito más de tiempo transcurrido y siendo entrenador de minibásquet y formativas, Julio entró en el cuerpo técnico en calidad de planillero técnico. En 1988 San Andrés recibe a Spor Club de Cañada de Gómez, equipo al cual entrenaba León. “En ese momento admiraba a dos personas en mi vida a León y Joan Manuel Serrat. Lo que yo quería era hablar con él como sea, él no me registraba por más que ya habíamos cruzado unas palabras en un Argentino”, expuso.

Termina el partido y los jugadores se bañan, se cambian y después entra Najnudel: “Llegó al vestuario, se desviste y se va a bañar y ahí no va que me sacó la pilcha y entró a ducharme otra vez para poder hablarle. En ese sacarle tema le digo ‘como puedo hacer para ir a una universidad americana para aprender y en realidad no tenía plata ni para ir para ir a Retiro’. Después de eso la conversación se desvió para otro lado y me preguntó si yo fui a reclutar a Riffati a San Nicolás, algo que era cierto pero después los jugadores se iban con él”.

Después de eso cinco o diez minutos de ducha, Lamas contó que León lo invitó a su casa en Cañada para charlar un poco más y ahí viene la casualidad. Julio no viajaba con el equipo y el viernes siguiente San Andrés visitaba a Atenas, siendo consultado el miércoles entrante si podía viajar con el plantel a Córdoba.

“El miércoles me dicen podes ir con el equipo a Córdoba y no va que paramos a comer en Cañada de Gómez. Entonces ficha de teléfono lo llamo a León y le digo que estoy en Cañada de Gómez con el equipo en el hotel tal y él vivía al otro lado de la plaza. Me cruzo a tomar un café, charlamos un rato y ahí me invita a ir al fin de semana a volver a visitarlo en Cañada”, recordó.

Ante la invitación Julio no puso reparos: “Obviamente que acepto a invitación, me vuelvo a Buenos Aires con el equipo y me voy a Retiro a tomar un bondi (sic) para Cañada. Estoy dos días en la casa y cuando me lleva a tomar el colectivo de vuelta, en medio de la Ruta 9 me dice ‘querés venir a trabajar conmigo’, le digo que sí y me responde ‘¿cuándo podes venir?’ me armó un bolso y vuelvo”.

Sin dudar, con convicción y determinación, Julio Lamas forjó su destino y a pesar de estar en el club de sus amores con una carrera ascendente, perseguir un sueño pudo más y junto con León Najnudel le dio el puntapié principal a su carrera como entrenador.

"A veces llevo a mi hija al monoblock donde nací para que sepa de dónde vengo y por qué pienso como pienso", la historia familiar del Maestro Lamas. Desde el amor de su madre hasta sus inicios en el mundo del básquet con León Najnudel. Brillante. @Juliolamas1

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— ESPN Show (@ESPNShow) September 2, 2021

Mauro Osores / [email protected]
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