Aquel seleccionado argentino de gigantes de Najnudel
19:45 24/12/2024 | León fue el primero en armar en la década de 1980 un seleccionado que superó los 2 metros de altura de promedio, con mucho talento y nombres históricos.
Argentina no se ha caracterizado siempre por sumar una buena cantidad de altura, pero León Najnudel llegó al seleccionado para cambiar eso en la década de los 80. Y lo hizo de cara al Sudamericano de 1985, que daba plazas para el Mundial de España 1986.
En ese contexto, ese equipo fue el primero en superar el promedio de 2 metros de altura. Y para ello fueron claves dos nombres como Jorge González, El Gigante, de 19 años y 2.30, y Fernando Palito Borcel, de 18 años y 2.15. También estaban Diego Maggi (2.05, 21 años), Hernán Montenegro (2.05, 18), Sergio Daniel Aispurúa (2.00, 20) y Luis González (2.11, 27).
El único base natural era Cortijo, mientras que Campana y Romano –escoltas- aparecían como los posibles recambios en la conducción del equipo. Completaron el plantel el más veterano, de 34 años, Adolfo Rubén Perazzo (fue su despedida de la Selección), Camisassa y Oroño.
Argentina, finalmente, alcanzó la clasificación para el Mundial de España. Quedó tercero. Perdió ante Brasil y ajustadamente frente a Uruguay, en un partido que ganaba por 11 puntos a 5 minutos del final. Brasileños (potencia mundial y cómodo en la región) y uruguayos ocuparon los dos primeros lugares. Como estaba previsto, el Gigante González y Borcel jugaron muy poco. Y en el partido clave, ante Venezuela, Argentina aprovechó las bajas de su rival, que tenía suspendidos a dos jugadores clave.
En declaraciones que se recordaron en el libro León Najnudel, historia de un adelantado, escrito por Marcelo Nogueira y editado por Básquet Plus, sobre el Gigante González, una vez terminado el torneo, dijo: “Es el futuro del básquetbol argentino. Jorge me impresionó como un jugador con carácter y temperamento. Estoy convencido de que va a llegar lejos”.
Borcel, por su parte, recordó hace un tiempo en prensa CAB aquel torneo y el posterior Mundial de 1986: “Fue algo muy enriquecedor. Estaba muy claro que yo no iba tener muchos minutos y así se dio. La gira para el Sudamericano de Medellín, a mis 18 años, fue una experiencia tremenda. Para el Mundial yo había estado entre los preseleccionados, pero me bajé por mis estudios en Estados Unidos. Desgraciadamente, Luis González tuvo una lesión y me llamaron para reemplazarlo. Fue una mezcla de mucho aprendizaje, de pasarla muy bien, de formar amistades con mis compañeros e incluso con jugadores de otras selecciones. Durante el Mundial, por caso, tuve la oportunidad de salir a tomar algo con Drazen Petrovic. Codearme con esos monstruos fue increíble”.
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