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En una de las historias más entrañables de la vida de León Najnudel, su generosidad y pasión por el básquetbol quedan reflejadas en su relación con Lou Carnesecca, uno de los entrenadores más icónicos de la NCAA, recientemente fallecido a los 99 años. León, fiel a su estilo, no solo buscaba aprender, sino que también quería compartir todo lo que sabía con los demás, y este encuentro con Carnesecca en Nueva York es un claro ejemplo de ello. Each one, teach one, algo así como “cada uno enseña a uno”, es la frase que no tiene autor conocido pero que sobrevuela en el ambiente de los playgrounds, en todos los rincones de Estados Unidos, más que bien aplicada para la relación de León y Lou, un vínculo resaltado en un artículo para Básquet Plus de Marcelo Nogueira.

El relato comienza con una conversación telefónica en la que León, en su habitual rol de mentor y guía, organiza una visita a la Universidad de St. John's, donde Carnesecca era entrenador. León había acordado con el mítico entrenador neoyorquino que lo recibiría en su oficina, y allí, en pleno proceso de reclutamiento de jóvenes talentos para su equipo, se dio un encuentro que se extendió más allá del básquet. Mientras León, su compañero y el propio Carnesecca intercambiaban impresiones sobre el deporte, las vivencias y las anécdotas del baloncesto, el periodista Marcelo Nogueira también tenía la oportunidad de participar en una charla que, por la influencia de León, se convirtió en un puente entre mundos distintos.

Carnesecca, con su vasto conocimiento del básquetbol, compartió con Nogueira una historia muy humana sobre el proceso de reclutamiento de jugadores. Relató cómo uno de sus asistentes trataba de convencer a la abuela de un joven prospecto de Harlem para que lo dejara ir a St. John's, un detalle que subraya cómo la comunidad en barrios como el Bronx y Harlem juega un papel fundamental en el destino de los jóvenes, más allá de lo deportivo. Esta conversación no solo fue sobre el básquet, sino también sobre la vida en los barrios, los sacrificios familiares y el impacto de figuras como Carnesecca en la comunidad.

A lo largo de este encuentro, se puede ver la influencia que León tenía sobre los demás. Su capacidad de conectar con grandes nombres del básquet mundial, y de hacerlos parte de su mundo, refleja esa generosidad que lo caracterizaba. Tras la visita a St. John’s, León siguió su itinerario con Nogueira, mostrando más de su vasto conocimiento del baloncesto callejero y las ligas informales de Nueva York, como el Harlem y el City College. Su pasión por el deporte era tal que no había tiempo para descansos turísticos, todo giraba en torno al básquet. Esta jornada con Lou Carnesecca no solo fue un capítulo más en el legado de León, sino una demostración de su deseo constante de aprender y enseñar, algo que lo hizo inolvidable para todos los que tuvieron el privilegio de compartir su visión del juego.