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El básquet argentino es una pasión que se hereda, y pocas cosas resuenan tan fuerte como ver a un hijo seguir los pasos de su padre en la Selección Argentina de Mayores. En total, ocho duplas de padres e hijos han vestido la gloriosa camiseta albiceleste, forjando un legado que trasciende generaciones. El caso más reciente es el de Francisco Farabello, quien en 2024 debutó ante Colombia en las clasificatorias para la Americup 2025, sumándose a su padre Daniel, que jugó 78 partidos entre 1993 y 2006, siendo campeón del Sudamericano y Premundial en 2001, y del Sudamericano en 2004. Una lamentable lesión de ligamentos en febrero de 2025 frena momentáneamente la proyección de Francisco, pero su regreso a la cancha mayor es esperado con ansias.

El pionero de este linaje de talentos fue la familia Chazarreta. Gustavo, el padre, fue campeón del Sudamericano de 1943, dejando una vara alta para su hijo Gustavo Adolfo, quien disputó cinco torneos entre 1960 y 1968. Le siguieron los Pérez, con Evaristo, "El Indio", jugando el Sudamericano de 1960, y su hijo Esteban, "El Gallo", brillando en 12 torneos entre 1987 y 1996, incluyendo el Mundial de 1994 y los Juegos Olímpicos de 1996, además de ser campeón del Sudamericano de 1987 y los Panamericanos de 1995. Dos historias de éxito que marcaron épocas diferentes en el básquet nacional.

La década del setenta trajo consigo a los Prato y los Fernández. Fernando Prato, padre, defendió la camiseta desde los Panamericanos de 1971 hasta el Sudamericano de 1983, logrando dos Sudamericanos en 1976 y 1979. Su hijo Patricio jugó tres torneos entre 2003 y 2007. Por su parte, Rubén Fernández, "El Sordo", jugó tres torneos entre 1977 y 1984, mientras que su hijo Gabriel se convirtió en parte de la mítica Generación Dorada, debutando en 1997 y culminando su ciclo en 2006, con un Sudamericano y Premundial en 2001, y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2004.

El nuevo milenio también fue testigo de esta tradición. Los Richotti vieron a Marcelo jugar tres torneos entre 1988 y 1990, incluyendo el Mundial de Argentina, y luego a su hijo Nicolás debutar en 2014, participando en el Sudamericano de ese año y en los Panamericanos y Premundial de 2015. Los González también sumaron su capítulo con Luis, "El Chuzo", en el Sudamericano y Premundial de 1989, y su hijo Luciano, "El Chuzito", debutando en los Panamericanos de 2011 y participando en las ventanas clasificatorias al Mundial de 2019.

Antes de la llegada de los Farabello, los Faggiano fueron la séptima dupla. Jorge, el padre, debutó en el Sudamericano de 1983 y jugó hasta el Preolímpico de 1988, coronándose campeón Sudamericano en 1987. Su hijo Lucas disputó cuatro partidos en dos ventanas clasificatorias al Mundial de 2019.