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Argentina sufrió un duro golpe en la Americup U16 que lleva a reflexionar para el futuro. Más allá del resultado, que deja a la albiceleste afuera del próximo Mundial U17, las fallas dejaron en evidencia algunos problemas en la formación.

El primero es el tema físico. Más allá de las alturas, las diferencias en cuanto a la fortaleza física fueron evidentes frente a todos los rivales, que a partir de ello en muchos casos. Ya lo dijo el propio Leo Gutiérrez, entrenador de este equipo: “Falta tener un plan de desarrollo más específico y que todos los clubes puedan tener la posibilidad de tener un preparador físico y tener un gimnasio acorde para que los chicos puedan empezar a aprender de corta edad a trabajar la parte física y llegar a las categorías que llegan a jugar un premundial o un mundial mejorados físicamente. No es fácil, encima no siempre estamos en buena forma económica, entonces todo dinero se hace en cuesta arriba”.

A su vez, en un básquet actual que tiene al lanzamiento como una marca clara, Argentina fue el equipo que menos y que peor tiró en el torneo, con 18.5 intentos por partido y un bajo 20.7%. Sin ir más lejos, el único que mostró una tendencia a tirar fue Tomás Sandes, anotando 12 de los 18 triples que convirtió el equipo entero en todo el torneo. En este apartado, lo más claro es la poca tendencia de los chicos a tirar, no tanto el porcentaje que es parte de la edad y el desarrollo.

Lo que si demostraron los chicos de positivo, fue un entendimiento del juego colectivo que les permitió ser competitivos en muchos pasajes, pero que ante las falencias técnicas terminaron sucumbiendo frente a sus rivales.

Una camada que pierde la posibilidad de continuar su desarrollo contra rivales europeos, y que necesitará mucho trabajo para poder seguir creciendo. Un torneo que da un toque grande de atención para comenzar a trabajar puertas adentro no solo a nivel CAB, sino desde los clubes y los jugadores.

Alejandro Malky / [email protected]
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