Entrevista

Pato Garino: "Tokio fue una lección, no es la muerte de nadie"

15:42 19/08/2021 | El alero firmó con el club francés Nanterre y charlo con Básquet Plus de eso y de lo que dejaron los Juegos Olímpicos.

Pato Garino en los juegos ante Eslovenia (Foto FIBA)

Pato Garino está en Vitoria, donde su familia está instalada hace un tiempo ya, manejando el emprendimiento de empanadas argentinas Cachito Mío, por lo que no tuvo tanta nostalgia durante la pandemia, ya que no estuvo tanto tiempo alejado de sus padres, como le ocurrió a muchos. A horas de haber anunciado su llegada al Nanterre francés, ubicado en el conurbano de París, charló con Básquet Plus. Nota realizada con nuestro Motorola One Hyper.

-¿A dos semanas casi de los Juegos, te cambiaron algo las percepciones de lo que pasó?
. No, siguen las mismas sensaciones de lo que vivimos desde que comenzó el torneo hasta que terminó. Creo que nunca llegamos a encontrarnos como equipo, ni individualmente, por muchísimos factores que nos afectaron, que no son excusas. No cumplimos los objetivos ni llegamos a desarrollar el básquet que queríamos. No mucho más para decir. Sabíamos que íbamos con una sensación distinta a la del Mundial. No sé si con presión, pero con más peso como equipo, hacia los rivales y hacia el mundo. Y ese extra de tratar de demostrar que lo de China no había sido una pizca de suerte, sino realidad. Y no lo logramos, a pesar de tener algunos pasajes de buen juego. Personalmente, no nos ví bien en ningún momento. Y tuvimos un poco de suerte con el grupo, porque nos tocó Japón, que era de los más débiles, para poder pasar de ronda y quedar en el Top 8. No estuvimos a la altura. Es una lección también, no es la muerte de nadie. Nos sirve como experiencia a futuro. Necesitamos otro tipo de preparación. Como grupo necesitamos seguir otra línea. Tuvimos a Gaby con el virus que el pobre no podía respirar, yo un año y medio casi sin jugar, un par de jóvenes sin expeeriencia internacional...muchos factores que jugaron en contra y no nos supimos encontrar en ese momento. Hay que dar vuelta la página y pensar en la Americup para volver a ser lo que fuimos. 

- Ustedes tienen a mi entender un grupo duro con vos, Facu, Lapro, Marcos y Tortu, con mucho tiempo juntos, y noté un denominador común, como que todos vieron que no estaba bien la situación. Como que nunca se vieron en buenas condiciones. 
. Fue un mix. Por un lado, tratar de ganarle al inconsciente y pensar que nuestra rutina era siempre parecida, con concentraciones malas y en los torneos romperla. Pero ese año la preparación fue ínfima. En Las Vegas la verdad es que no tuvimos una buena preparación. No hubo una organización completa, tuvimos gimnasio después de una semana de estar ahí, 3 amistosos, en Japón limitados por los horarios de FIBA... nos faltó mucho rodaje. Nosotros queríamos ganarle a la mente. Entrenamos mal, jugamos mal los amistosos, pero quizá pensamos que en el torneo se iba a ir todo. Como solía pasar. 

- La hazaña argenta.
. Claro, pero este torneo no daba para acomodarse, como el Mundial, donde tenés un grupo largo, más tiempo, más oportunidades. Acá perdías dos partidos y podías quedar afuera, más allá de que nosotros pudimos pasar de grupo. Entre nosotros no sé si estábamos para creer en un final feliz. En China tampoco estábamos para creer, salvo Luis, que fue el que nos contagió a todos. Porque en Lima no jugamos muy bien. Perdimos contra México C, ganando un partido con un triple de Vildoza y ganando la final por 15 con todos fastidiados porque no jugamos bien. Dos años sin juntarnos después de semejante aventura como la de China no ayudó, y creo que tampoco quedarnos con la resaca de ese torneo. Pero fue la realidad. Ninguno fue a Argentina a sacarse un poco la mochila de disfrutar lo que fue ese momento. Y medio lo vivimos eso en Las Vegas, que nos sacó tiempo de preparación para los Juegos. 

-¿Cómo te tomaste lo de tu lesión?
. Surgió en el partido contra España. No fue de una magnitud enorme, pero con mi historial de lesiones no tenía sentido empujar. No iba a ayudar al equipo y me iba a hacer mal a mí. Hice lo posible, a los dos días ya estaba corriendo, con un enema muscular, entrenándome semi a la par del resto, pero la intensidad de un partido o un entrenamiento no iba a poder mantenerla. Una mancha más para el tigre. 

-¿Sos consciente que una de las causas que siempre se enumera de los problemas argentinos, una fue tu lesión y ausencia?
. Sí, claro. Creo que mi parte, sin agrandarme, es algo que se ve. Mi parte defensiva, mi intensidad, aporto mucho en los entrenamientos siendo un poco el hijo de perra. Es mi forma de liderar, de levantar la intensidad de los entrenamientos. Fue algo que nos faltó también. En el primer partido se vio. Nos tocó enfrentar a una bestia. Y es contagioso también. En momentos que Facu se cae defensivamente estoy yo, y viceversa, y también esta Luca (Vildoza), que ha dado un paso enorme. Y estaba Leandro (Bolmaro) para hacer ese rol también. Mismo con el Tortu. Sin la actividad ofensiva y los espacios que genera Gaby no somos los mismos. Luis (Scola) con dos años más encima, tampoco podíamos mantener un ritmo como en China, sin decir algo malo de Luis, porque eso es imposible. Fueron factores. Se podrían haber hecho mejor las cosas institucionalmente, individualmente y como grupo. Eso nos tiene que servir a futuro.

-¿Qué es tener a Doncic enfrente?
. Jugué un par de veces contra él en el Madrid, pero no era el que es hoy. Subió de peso, pero no para mal. Es un tanque, imposible de parar. Sabíamos que era de otro planeta, pero se fue directamente a otra galaxia. No me causó nada, porque uno deja de tener admiración por el rival. Es un par. Pero ellos están jugando en la mejor liga del mundo, su confianza está en otro nivel total, como si fuera un picadito. Hablando con los entrenadores rivales, con los jugadores, con los árbitros, con la tribuna...totalmente relajado, con una facilidad inconcebible. 

 

-¿Te quedaron dudas de la idea?
. No, la idea siempre la tuvimos pero nunca la supimos aplicar. Por momentos lo queríamos resolver recuperando 15 puntos en dos jugadas. No nos pasamos la pelota, era todo pick and roll y tiro. Lo mejoramos un poco pero no teníamos ritmo. Y los rivales además nos conocen y ya saben que nuestro fuerte es la transición, y no la tuvimos en ningún momento. La idea está y sabemos que ese debe ser el camino de acá hasta que nosotros nos retiremos, porque no tenemos jugadores que produzcan puntos o asistencias desde el uno contra uno, más allá de los bases que tienen ese talento, aunque no tienen tanta facilidad. 

- A futuro, no sé si lo habías pensado antes, sin Luis, ¿te preocupa?
. Para nada. Al contrario, me motiva. Y sin Luis es el momento real en el que se marca un antes y un después en cuanto a la conexión con la Generación Dorada. Con Luis recaíamos todavía mucho en él en cuanto a liderazgo, a entrenamiento, cómo mantenernos. Ahora tenemos que tomar las riendas. Somos grandes y capaces. Nico tiene 31 años, Facu 30, Marcos y yo 29, la mayoría anda por ahí. Es el momento de tomar y asumir esa responsabilidad. No somos pichones. Tenemos jugadores en la NBA, otros con mucha experiencia internacional, van a llegar chicos que necesiten de la ayuda y el ejemplo y somos capaces para dárselo. Tenemos que ajustar las tuercas y volver a nuestra esencia. 

- Te cambio para algo más grato, como es llegar al Nanterre, en los suburbios de París. No sé si te habías hecho ilusión con Joventut, pero esta parece ser una linda oportunidad. Y un hermoso lugar para vivir. 
. Nunca estuve ilusionado con Joventut, ni con otros que estuvieron interesados. Lo de Tokio no permitió darles la confianza a esos clubes, así que no me ilusioné. La ciudad para vivir es algo que nos importa, tanto a mí como a Paula (su pareja), pero sabemos que este año es uno para apretar los dientes y afrontar la realidad, que es dar un paso atrás para volver, para ganar confianza, recuperar sensaciones de juego y tener continuidad. Estar a 15 minutos de París nos tiene un poco preocupados por la cantidad de facturas, quesos y demás, jajaja. No está muy contento Paulo (Maccari, el artífice del cuidado físico de varios de los chicos de la selección), pero bueno, vamos a hacer un esfuerzo. Hablando en serio, vamos a un lugar muy lindo, un club muy familiar, con instalaciones muy buenas, así que voy con todas las ganas para entrenarme mucho.

-¿Con qué idea fichaste en Nanterre? Sospecho que el hecho de jugar una vez por semana te beneficia.
. Sí, obviamente el jugar vez por semana para mí es una tranquilidad, porque sé que tengo más tiempo de recuperación, de entrenamiento. Además era Nanterre o esperar algo que me cerrara, así que me pareció perfecto. Es un lugar que tiene todos los requisitos. Valoro mucho que me den esta chance y tengan confianza en mí. Y es un club que me conoce, porque su entrenador (Pascal Donadieu), es el asistente de la selección de Francia. Me ha visto jugar mucho. Voy a tener minutos de juego y eso me va a ayudar a volver a ser el que fui,

- Sí, y mejor no pelearse con él, porque hace 25 años que está en el club. 
. Jeje. Si al entrenador no le gusta un jugador, sabés que el que se va es el jugador, jeje. 

- Pero más allá de la broma, es rarísimo en el deporte profesional encontrar un caso así, donde el coach viene al frente del equipo desde la cuarta categoría, sin interrupción.
. Creo que es un club muy cercano, donde hay una familia muy relacionada, es medio como estar en casa, en familia, y eso me atrae muchísimo.

- Vienen además de manejar y formar al chico Wembanyama (17 años, 2.19), que si no es la mayor aparición en Europa de los últimos años después de Doncic, le pega en el palo.
. Totalmente. No fue por casualidad. El equipo tiene mucha estructura en cuanto al desarrollo y formación de jugadores. Eso también me viene bárbaro para tener gente que me siga desarrollando. 

- El equipo el año pasado fue semifinalista. Este año no jugarán Eurocup, que jugaron el año pasado, por lo que solo tendrán la Liga Francesa como foco. 
. Exacto. No entraron en la Eurocup así que solo Liga Francesa, pero el plan es volver a que el equipo esté en ese nivel. 

-¿A vos ya te dijeron en qué rol vas?
. Me han dado mucha confianza, de ir como tres titular, poder tener minutos de cuatro incluso, y aportar experiencia, e inteligencia. El básquet francés es muy rápido, muy atlético, y no tanto de pensar, así que buscan que aporte desde ese lado del juego. Tenemos en el equipo varios generadores de juego, que tienen puntos en las manos, de uno contra uno, que pueden abrir los espacios, con lo cual hay que saber moverse y ocupar los espacios, algo que al equipo le faltaba. 

- Vos estuviste en España, en Lituania, pero me da la sensación que hoy Alemania y Francia, son las Ligas emergentes, tratando de ponerse a la par de Italia, que ya viene recuperándose hace unos años. 
. Sí, son ligas que están creciendo mucho, que están aportando muchos recursos para crecer. Están invirtiendo mucho en la parte de la medicina, de la preparación física, para que los jugadores se sientan atraídos y así mejorar la Liga. Francia es una de ellas y he escuchado muchas cosas de lo que están haciendo para ser más competitiva. 

- Última. ¿Tenés una idea de cómo querés estar el año que viene en mayo, junio, cuando termine la temporada?
. No me hago ideas. Esto lo voy a dejar fluir, haré el trabajo de siempre, tranquilo, entrenándome, para tratar de volver a ser, y que mayo sea una sorpresa.

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

Compartir