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En Bahía Blanca, nombrar a Beto Cabrera no vamos a decir que es lo mismo que decir Manu Ginóbili, pero no muy lejos. De hecho, para la vieja guardia que supera los 70 años, Beto es intocable. El mejor de todos los tiempos del básquet mundial. Hasta tiene una calle con su nombre y tendría chances de ganar una encuesta sobre el bahiense más conocido. 

Dicho esto, rememoraremos hoy el año 1976, en el que se produjo un hecho inverosímil hasta ese momento: que Beto se fuera de Estudiantes, su club de toda la vida. Cabrera había jugado allí siempre, gratis. Jamás cobró un peso. Él tenía su trabajo en seguros y el básquet era su pasión, pero no creía tener que cobrarle a su club. 

Distinto fue ese año. Beto se metió en la política de Estudiantes y apoyó la candidatura a presidente de Enrique Scheverin, yendo incluso como vocal. La contra era Eduardo Osvaldo Iglesias, que terminó ganando las elecciones. Por ese motivo, Beto decidió irse y acaptar la oferta de Gimnasia, donde por primera vez tuvo un salario por jugar. Tenía 30 años y ya había jugado dos mundiales y ganado 7 Campeonatos Argentinos con Provincia de Buenos Aires. 

La primera situación en La Plata no fue buena, ya que en agosto de 1976, cuando Beto se suma a Gimnasia, Cali López, conocido jugador del club, no quiso cederle el número 14, histórico de Beto, por lo que tuvo que jugar con la 8. En Gimnasia jugó bien, pero no consiguieron títulos. Al año siguiente, Estudiantes se caía a pedazos. La presidencia de Iglesias fue muy mala, y Beto decidió volver a fines de 1977 para salvar al club del descenso. 

Tuvo partidos memorables y logró sacar del fondo a Estudiantes, con el que retomó su relación normal al año siguiente. Ese 1977 Bahía jugó el provincial en Chivilcoy, pero Cabrera no pudo ser parte porque su estadía en la ciudad había sido muy corta y lo daban los tiempos legales. En la foto se ve al otro gran referente de ese Gimnasia, Finito Gehrmann, el quinto entre los parados. Esa formación era: Parados: Pichi Sfeir, Gonik, Clerici, Haller, Gehrmann, Cecareli y Cabrera. Incados: Cali López, Ratier, Castro, el uruguayo Carlos Peinado y Trombetta. El entrenador era el Bala Miguel Ripullone, que también dirigió a Beto en la Selección Argentina.