Basquetplus.com

Los pequeños gestos engrandecen a las personas. Y si es un pivote lo hacen aún más enorme de lo que es. Eso pasó con Tayavek Gallizzi, capitán de Instituto e ídolo ya de la Gloria en poco el poco tiempo que lleva en la institución cordobesa.

Y luego del partido ante Atenas, que quedó en triunfo para su equipo, poco importó el juego, los tiros metidos y errados al finalizar el partido. Es que los colegas de Locos del Basket captaron una charla entre el santafesino y un niño de 11 años aproximadamente que pinta al interno como persona.

El nene se acercó y le preguntó con toda su inocencia:

-¿Qué consejos me darías a mí, que yo juego como vos?

- ¿Sos pivote?

- ¡Si!

Y allí comenzó una mini clase en el lugar con movimientos de pies, posturas y amor por la bola y el básquet. A los pocos minutos, el pibe le agradeció y lo abrazó de la manera que un nene de 1.40 puede abrazar a alguien como Taya, a las rodillas.

Cuando finalizó, el colega se acercó y le preguntó que sentía y Gallizzi contestó como los grandes: “Es lo menos que puedo hacer para devolver tango afecto”.

Un pequeño gesto que cambió la vida de un niño que a partir de esos minutos tiene un nuevo ídolo a quien seguir y admirar.