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Dado que se espera que LeBron James se pierda más juegos por una lesión en el tobillo, la presión sobre Los Angeles Lakers se traslada a Anthony Davis. Este podría ser el tramo decisivo de la carrera del veterano de 11 años, que estaba destinado a hacerse de las riendas de la franquicia tras el anillo de 2020. Quizás, este sea el mejor escenario para mostrar su liderazgo.

Recientemente, durante su conferencia de prensa del All-Star, James dijo que la racha posterior al receso es "23 de los juegos más importantes de mi carrera". Desde entonces, los Lakers se quedaron sin James, su piedra angular, tras la increíble victoria volviendo de 27 puntos para derrotar a Dallas.

Los Angeles se encuentra a medio juego del play-in y a 2,5 juegos del sexto lugar. Sin embargo, también están a solo un juego de caer al 13. En sus partidos esta temporada sin James, Davis promedia 27,8 puntos, 15,9 rebotes y 2,2 tapones en 52% desde el campo. Este es el Davis que los Lakers necesitan para soportar una ausencia prolongada del máximo anotador de todos los tiempos de la NBA. Lo malo es que ayer, en su regreso ante Minnesota, anotó 38 pero los angelinos igual perdieron.

Si Davis tiene problemas para ser el líder, pese a haberlo mostrado a inicios de temporada con un monstruoso mes de diciembre, surgirán preguntas sobre su capacidad para ser la opción número 1 en un equipo para ganar el campeonato. Hay mucho que ganar y perder para Davis en las próximas semanas. Claramente, la presión está al máximo y parece ser su entera responsabilidad, con LeBron lesionado. Por lo menos cuenta con un plantel más balanceado, haciendo que las apuestas como Russell, Bamba y Hachimura también pongan a prueba su valor en cancha.