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“Los súper equipos rompen la competencia” o “hacen todo más previsible y aburrido” son dos frases que se pueden encontrar cuando se habla de súper equipos en la NBA. LeBron James con su traspaso a Miami en el 2010 modificó el juego desde la Front Office y oficinas de operaciones, aunque desde hace un tiempo los que manejan mucho son los propios jugadores.

En esa disyuntiva de cual fue el primero o el que tuvo éxito Blake Griffin visitó a su excompañero JJ Reddick en su podcast y en contra de lo que piensan mucho indicó a los Celtics como los precursores de plantillas con tres grandes estrellas. “Creo que es muy divertido como todo el mundo se burla de LeBron y sus equipos. Pero pienso que lo primeros en hacerlos fueron los Celtics, trayendo a Kevin Garnett y Ray Alle para darle apoyo a Paul Pierce”

El argumento de Griffin es bien válido y aquel equipo de Doc Rivers consiguió ese título con la inestimable participación de un también estelar Rajon Rondo. No obstante Reddick no estuvo de acuerdo con la afirmación de Blake y le argumentó:“Si, pero he dicho antes y me mantendré firme. Los Celtics crearon eso en la oficina principal, Danny Ainge fue el cerebro organizando su súper equipo, en cambio lo de LeBron de alguna manera desencadenó el empoderamiento del jugador. Tuvo conversaciones a puertas cerradas en USA Basketball para acordar con Dwyane Wade y Chris Bosh para juntarse en Miami”.

El accionar de LeBron al pasar el tiempo lo puso aún más en evidencia de su forma de ser jugador y gerente de operaciones, eligiendo a sus compañeros. Igualmente los nombres no te aseguran el éxito, te acercan, pero la química, lesiones y contratiempos suelen factores que cambian la ecuación y le dan al básquet esa pizca de sorpresa que lo hace único.