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A los 77 años, Dusan Ivkovic falleció tras una larga agonía en una hospital de Belgrado y con él paso a la inmortalidad su legado deportivo como entrenador de básquet siendo un icono para el mundo FIBA y para los balcánicos. Dusan fue el último entrenador que tuvo la selección de Yugoslavia antes de desmembrarse por conflictos bélicos y políticos, además de ser quien guió a su selección a ser campeona del mundo en la Copa Mundial de 1990 disputada en Argentina.

La llegada del mundo NBA a FIBA en los Juegos de Barcelona 1992 traía consigo la idea de tener frente a frente al Dream Team ante la selección de Ivkovic, la poderosa Yugoslavia de Vlade Divac, Drazen Petrovic y Toni Kukoc entre otros. Los motivos políticos privaron este choque y los conflictos bélicos hicieron mella en el deporte dado que Yugoslavia debió desmembrarse y perder a muchos jugadores por el camino con la prohibición de sus estados de jugar para la selección yugoslava.

“Si no fuera por la guerra, creo que hubiéramos ganado al Dream Team”, dijo en una entrevista para un medio griego y agregó aquella vez: “Mientras otros jugadores se tomaban fotos con los estadounidenses como Jordan y el resto, nosotros trabajábamos duro para ese partido, porque creo que les podríamos haber ganado”.

Con un palmares de títulos incuestionable y una selección de las mejores en la historia del mundo FIBA, Dusan Ivkovic plantó su legado eterno en el mundo del básquetbol que hoy lo despide con la grandeza que su nombre lo amerita.

Hasta siempre Dusan.