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Michael Jordan había vuelto al básquet unos meses antes y no estaba en su mejor forma física. Así y todo, él y sus compañeros se las arreglaron para clasificarse en la quinta posición de la Conferencia Este. Por ende, los de la Ciudad del Viento tuvieron que enfrentarse en la primera ronda de playoffs a Charlotte Hornets, que había terminado la temporada en el cuarto puesto.  

Las abejas tenían un plantel sólido, con Larry Johnson y Alonzo Mourning en la zona, y con Muggsy Bogues, Dell Curry, Hersey Hawkins y Scott Burrell, entre otros, en el perímetro. El primer choque fue para los Bulls y el segundo para los Hornets. Con la serie en paridad, el tercer partido se dio en el United Center y Jordan protagonizó uno de los trash-talk más picantes y controvertidos de su carrera ante un jugador de menor preponderancia a la suya.  

Era una de las posesiones más importantes, Muggsy tenía la pelota y su equipo estaba por debajo en el marcador. Jordan retrocedió unos pasos y le dijo: ”Tirá, maldito enano”. El petiso lanzó y el disparo no se acercó al aro. Un año después, el de Charlotte le dijo a Johnny Bach, un asistente de los Bulls, que creía que esa jugada había arruinado su carrera.  

¿Cómo terminó aquella serie? Los Bulls ganaron ese partido 103-80 y luego liquidaron la serie (3-1) tras un triunfo 85-84. Después Chicago fue eliminado por Orlando Magic en la siguiente ronda (4-2) y Michael Jordan y los suyos usaron ese dolor para levantarse y ganar tres campeonatos en las tres próximas temporadas.  

Si bien nunca se demostró si aquel picante intercambio de palabras existió, el hecho en sí es que Michael Jordan no tenía piedad de nadie. Coincidencia o no, y como si los monstruos de Space Jam verdaderamente se hubieran robado sus talentos, el base se perdió la mayoría de los partidos de la temporada siguiente por una lesión en la rodilla y nunca más promedió más de 8.0 puntos durante el resto de su carrera.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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