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Los Angeles Lakers venían de perder en las finales de la NBA de 2008 ante Boston Celtics y Kobe Bryant todavía no le encontraba la forma a su nuevo equipo, encabezado por él y su nuevo compañero Pau Gasol, con quien desarrolló una química especial desde el primer minuto. Por ende, Michael Jordan lo aconsejó y aquel comentario le sirvió para luego cobrar revancha en forma de títulos y condecoraciones colectivas. 

“Escuchá, tenés todas las piezas individuales, pero ahora tenés que ver cómo conectar con cada uno de tus compañeros para sacar lo mejor de ellos. No se trata sólo de pasar la pelota, tenés que descubrir cómo tocar los botones adecuados para hacer que tus colegas quieran ser las mejores versiones de sí mismos”, recordó Kobe en SiriusXM.  

¿Qué hizo Kobe luego de ese verano? Colgó una medalla de oro en el vestuario de Pau Gasol para motivarlo a ganar el anillo. Se acercó a Lamar Odom, dialogó con los más jóvenes y les impartió la sabiduría necesaria para exprimirlos y sacar aquella versión de sí mismos que le había recomendado Michael Jordan, quien también tuvo que aprender en su época ese tipo de liderazgo.  

¿El resultado? Los Lakers lograron ganar los próximos dos anillos de la NBA, derrotando en las finales de 2009 a Orlando Magic y en las de 2010 a Boston Celtics. El liderazgo no es fácil y este es uno de los mayores ejemplos. Todo se resume a explotar lo mejor del resto, como sea, descubriendo los controles adecuados. Lo supieron hacer Kobe y Michael y el universo los premio con 11 anillos.