De traficar drogas a ser campeón de la NBA: la historia de Caron Butler
19:52 27/02/2020 | Su historia es una de las más impactantes que ha dejado el deporte en los últimos tiempos. Un repaso a su camino desde el barrio y las drogas hasta el profesionalismo.
La NBA está plagada de historias de superación que enaltecen las figuras de los atletas. Algunas de ellas, son dignas de un guión de Hollywood. Sin embargo, muy pocas representan la transición entre dos mundos tan diferentes como la de Caron Butler. Es que, mucho antes de ser campeón de la liga en 2011 y participar de dos All-Star Game, el exjugador de Dallas Mavericks vivió una adolescencia marcada por el delito.
Butler nació el 13 de marzo de 1980 en Racine, una pequeña ciudad de Wisconsin. Pasó su infancia en las calles, sin una figura paterna y rodeado de malas influencias. Siendo un niño, vio cómo su tío Charlie se llenaba los bolsillos de dinero por traficar drogas. Poco le importaba que sus entradas a la cárcel fueran recurrentes. El joven Caron quería ser como él. A los once años, comenzó a traficar marihuana. Luego, pasó a la cocaína. Fue detenido catorce veces antes de cumplir los quince años.
Vivió su peor experiencia un año después, cuando la Policía registró su casillero en el secundario y encontró drogas, una pistola y más de mil dólares. Fue condenado a nueve meses en una correccional, en la que pasó varios días aislado por pelearse con otros reclusos. Horas encerrado en una celda sin ventanas, que le sirvieron para reflexionar sobre lo que estaba haciendo con su vida. Ahí fue, según el propio Butler, cuando comprendió que debía dejar de delinquir y dedicarse al básquet.
Al salir, aplicó para un trabajo y comenzó a entrenar. Pero, por mucho que intentara despegarse de su pasado, las malas noticias aún lo acechaban. Paradójicamente, fue un oficial quien lo salvó definitivamente: dos años después de su último paso por una penitenciaría, unos policías llegaron a su casa y la registraron por completo. Encontraron crack en su garage y lo amenazaron con informarlo. Como Butler tenía antecedentes, esta vez iría directo a la cárcel por diez años. Sin embargo, él sostuvo firmemente ante aquellas acusaciones que la droga no le pertenecía. Rick Geller, uno de esos oficiales, decidió creerle y el incidente no pasó a mayores. “Cambió mi vida”, confesó luego el deportista.
Cuando finalmente pudo dedicarse a su pasión, su realidad se transformó. Recibió una beca de la Universidad de Connecticut y, dos temporadas después, llegó a la NBA. En 2015 publicó Tuff Juice, una autobiografía en la que cuenta su paso de la calles a la élite del deporte mundial. Mark Wahlberg, actor y productor de televisión, aceptó producir una película basada en ese libro durante los próximos años. Será un movimiento bastante lógico: la vida de Butler es, precisamente, una de esas historias que se cuentan en el cine.
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