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Desde hace algunas temporadas que los Denver Nuggets están atrapados en una dicotomía: entrar al 100% en una etapa de reconstrucción o mantener a algunos jugadores relativamente veteranos, que los ayudan a ganar partidos en el presente. Todavía su dirigencia no parece haber encontrado una respuesta definitiva con respecto a qué estrategia tomar y la 2016/17 comienza con los de Malone siendo una verdadera incógnita en ese sentido.

Por un lado, está claro que el principal objetivo del equipo es apuntar al desarrollo de sus jóvenes figuras. Con Emmanuel Mudiay, Jamal Murray, Gary Harris, Juancho Hernangómez, Nikola Jokic y Jusuf Nurkic, Denver posee una excelente base de proyectos interesantes, que no solo muestran potencial, sino que además ya tienen un rol protagónico dentro de la rotación.

Sin embargo, los Nuggets todavía se aferran a varios jugadores que no les terminan de permitir conseguir picks altos en los Drafts (aunque han acertado de gran manera en los puestos que les han tocado). Con Danilo Gallinari, Wilson Chandler (regresa tras perderse la 2015/16 por lesión) y Kenneth Faried, los de Colorado se mantienen competitivos, pero lejos de las verdaderas potencias de la durísima Conferencia Oeste.

Hace tiempo que todos ellos aparecen en distintos rumores de traspaso, pero por una razón u otra, la dirigencia no termina de apretar el acelerador. ¿Será la 2016/17 la campaña para apostar un pleno al futuro?, ¿o se mantendrán en ese estado intermedio que la mayoría de las franquicias quieren evitar? Una señal para imaginar una posible respuesta: el mes pasado Denver traspasó al francés Joffrey Lauvergne a Oklahoma City, a cambio de dos picks de segunda ronda.

Volvamos al plantel. Aunque no son los únicos, los hinchas de los Nuggets seguirán con especial atención a tres jugadores con potencial de estrella: Emmanuel Mudiay, Jamal Murray y Nikola Jokic. El primero de ellos, un base atlético y potente, viene de una temporada de novato donde mostró su altísimo techo, pero también que hoy por hoy es todavía un jugador errático. Murray, por su lado, llega luego de destacarse en Kentucky y tiene todo para brillar como especialista ofensivo, en su función de 1-2. ¿Y Jokic? El serbio ya la rompió en la 2015/16 y se mostró todavía más determinante con su país, durante los Juegos Olímpicos. Puede ser una de las grandes revelaciones del año.

Por último, si nos referimos a las expectativas generales para esta campaña, la realidad no ha cambiado demasiado para Denver: siguen estando en un nivel intermedio dentro del Oeste, por encima de los equipos más flojos, pero luciendo por debajo de los verdaderos candidatos a entrar a playoffs. Pueden dar algún salto de calidad comparado a lo que vienen de hacer, pero la postemporada sigue luciendo lejana en la Mile-High City.

Puntos altos. Juventud y piernas frescas en todas las posiciones. Con esta clase de rookies (Murray, Beasley y Hernangómez) le han agregado al equipo mucho tiro exterior.

Puntos bajos. Sin verdaderas estrellas o jugadores desequilibrantes. Sus veteranos son frágiles de salud. Les falta organización y conducción de juego.