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Greg Oden es considerado uno de los peores número 1 del Draft de la NBA. Sin embargo, mucho de ello no depende de él, ya que las lesiones de rodilla prácticamente no le permitieron desplegar su talento y debió dejarlo luego de solo 105 partidos en siete temporadas, donde  solo disputó esos juegos en tres de ellas.

Sin embargo, después del tiempo lógico del luto por haber tenido que dejar lo que hizo durante toda su vida, y por lo que era uno de los jugadores de mayor futuro: “un pivote de generación único” lo había llamado New York Times, volvió a acercarse al básquet. “Simplemente me aislé de todos” expresó sobre el tiempo que pasó luego de haber tenido que retirarse por esas malditas rodillas.

“Me sentí como un fracaso. Sentí que decepcioné a mucha gente. Decepcionar a Portland, decepcionar a todo el personal y la organización. Sentí que decepcioné a mi familia y a todos los que me entrenaron y creyeron en mí” continuó.

Duros momentos pasaron desde su lesión, incluídos cargos por agresión a su exnovia, ante los que se declaró culpable y tuvo 909 días de libertad condicional y 26 semanas de asesoramiento sobre violencia doméstica y alcohol, al que se había vuelto adicto.

A pesar de todo, decidió probar nuevamente en Jiangsu Dragons en China en la 2015-16, pero entre una fractura del pulgar derecho y dolores de espalda tardó en volver y su equipo hasta perdió los playoffs. Allí apareció la Universidad de Butler para salvar su vida y Thad Matta, su antiguo entrenador y actualmente que sigue al frente del equipo.

Allí volvió para entrenarse y volver a cursar donde había dejado en su carrera universitaria. “Se necesita mucha humildad para hacer eso, volver a la escuela, caminar a clase todos los días, para, nuevamente, un tipo que era el pick 1” expresó Jon Diebler, director de reclutamiento.

Volver a vivir en el básquet

Oden fue contratado en abril del 2022 para el equipo universitario al que llevó a las finales de la NCAA hace 16 años. “Es divertido y difícil, pero realmente lo disfruto” expresó. Se encarga de lo que es el scouting rival y es parte importante en el cuerpo técnico, aunque no pierde de vista su sueño de ser entrenador en jefe algún día.

Thad Matta, el entrenador que tiene ese puesto en este momento, lo elogió: “Cuando lo entrené, tenía una gran mente para el baloncesto. No eran solo sus características físicas. Su comprensión del juego es lo que lo hizo especial.

Además, sobre su puesto agregó que “él está en ese puesto donde está estudiando y tiene que enseñar más porque los muchachos con los que estamos tratando no tienen tanto talento como él y no tienen las características que él tenía”.

Un Greg Oden que nunca dejó de amar el básquet, y el mismo deporte lo salvó de los momentos más duros de su vida personal.