Basquetplus.com

La segunda lesión grave de rodilla de Ricky Rubio encendió las alarmas. Luego, se acrecentó ese miedo cuando, en agosto del año pasado, cuando contó que estaba sufriendo problemas de salud mental y se iba a ausentar de las canchas sin fecha de regreso definida. Incluso el catalán se perdió el Mundial FIBA 2023 que se jugó en Indonesia, Filipinas y Japón, certamen en el cual el seleccionado español defendía el título obtenido en 2019 cuando el base fue la gran figura del equipo.

La carta que publicó el propio Ricky hace unos días en el cual aclaraba que le ponía punto final a su etapa en la NBA. El jugador de 33 años y con doce temporadas jugando en la mejor liga del planeta, no aclaró que se retiraba como jugador profesional, con lo cual se especula con que puede regresar a jugar en Europa, más precisamente en España.

Ricky llegó a la NBA en 2011 con 21 años recién cumplidos. Fue elegido en 2009 por Minnesota Timberwolves y en los dos años previos a arribar a la mejor liga del planeta, ganó todo lo posible en España y Europa. Si bien era joven todavía, tenía un palmarés que contaba con los títulos de FIBA EuroCup en 2006, la Copa del Rey en 2008, ULEB Cup en 2008, Euroliga en la 2009/10, Liga ACB en la 2010/11, la Copa del Rey en 2010 y 2011 y la Supercopa en 2009 y 2010. Con varios reconocimientos individuales como ser el Mejor Joven de la Euroliga en la 2009/10.

Pese a la juventud con la que llegó a la NBA y a ser un rookie, su experiencia previa y su mentalidad lo convirtieron rápidamente en un jugador importante dentro de su equipo y ser un espejo para varios jóvenes que se sumaban al plantel. Esto no solo pasó en Minnesota, sino también en las otras franquicias en las cuales jugó.

El primero en llegar fue Zach LaVine. Minnesota lo eligió en la posición 13 del draft de 2020 y su crecimiento y maduración al lado de Ricky fueron notables. Ese mismo año también llegó como rookie Andrew Wiggins. El canadiense había sido seleccionado por Cleveland Cavaliers con el pick 1, pero fue enviado en un traspaso a los Timberwolves. Un año después y tras la mala temporada, Minnesota tuvo la primera selección del draft y escogió a Karl Anthony Towns.

La temporada 2017/18 la comenzó en Utah y ahí fue el encargado de guiar a un joven Donovan Mitchell que recién arribaba a la NBA luego de ser elegido en la 13º posición por Denver Nuggets pero rápidamente enviado al Jazz. El recién arribado jugador, tuvo una gran actuación jugando al lado del catalán. Su crecimiento fue constante hasta convertirse en una de las grandes estrellas de la NBA.

En la 2019/20, Rubio vistió la camiseta de Phoenix. El catalán llegó con 8 temporadas de experiencia, una medalla de oro reciente en el Mundial FIBA de China y tuvo bajo su ala a un joven Devin Booker que si bien ya tenía cuatro temporadas en su espalda en la NBA, tuvo en Ricky un consejero y un jugador de su puesto que le enseñó mucho.

Posteriormente se dio su regreso a Minnesota, su lugar predilecto en la NBA. Allí se encontró con Anthony Edwards, quizás la mayor promesa que jugó a su lado, y que aprendió muchísimo del catalán. El rookie había sido elegido en la primera posición del draft de 2020 por los Timberwolves y su explosión fue inmediata. En su temporada estreno lo escogieron dentro del Quinteto Ideal de los Rookies, fue creciendo año a año hasta convertirse en una de las grandes estrellas de la competencia.

En su regreso a Cleveland, compartió equipo con Darius Garland quien había sido elegido en la quinta posición del draft en 2019. Si bien su desarrollo venía en crecimiento desde su estreno, cuando el catalán arribó nuevamente a los Cavaliers, el joven base explotó considerablemente hasta volverse un jugador fundamental y determinante. Hoy es una de las grandes estrellas de la NBA.

Además de los jugadores mencionados, la gran mayoría de su posición a excepción de Towns y Wiggins, compartió equipo con JJ Barea, Kevin Love, Andrei Kirilenko, Kevin Garnett, Rudy Gobert, Rajon Rondo, entre otros.