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El mercado de los Suns no fue algo para resaltar. Solo se fueron dos piezas de rotación, Eric Gordon y Drew Eubanks, y llegaron Tyus Jones, Monte Morris y Mason Plumlee. Tres jugadores que pueden ser importantes, pero no vitales. La esperanza de Phoenix aparece desde una base que ya estuvo durante la temporada pasada.

Es un año más que jugarán con Kevin Durant, Bradley Beal y Devin Booker. Tres jugadores explosivos en ataque, pero bastante flojos a la hora de defender. Encontraron un base con Jones y un suplente con Morris, algo de lo que carecieron toda la temporada pasada. Ahora, el problema está en el juego interno. Si juegan las tres estrellas, les quedaría un equipo bajo y con poca defensa. La solución sería contratar un pivote que sea una bestia defensiva (Nurkic es difícil que pueda serlo) o incorporar un externo con esas características. Para eso, Budenholzer tiene que dar un golpe sobre la mesa y poner a Beal como sexto hombre.

Lo cierto es que el potencial lo tienen los Suns. Faltan cosas por mejorar, sobre todo en la defensa. En ofensiva probablemente funcionen bien, pero deben ajustar algunos aspectos para que no se repita lo que pasó la temporada pasada (eliminación en primera ronda 4-0 contra Minnesota). Una incorporación más antes de que cierre el mercado no es una opción imposible para los de Budenholzer. Ser competitivo es una responsabilidad; arriesgaron mucho en el armado de este equipo, y todavía no han ganado nada.