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New York Knicks viene inmerso en una crisis desde hace dos décadas. Lejos y muy atrás en el tiempo quedaron las épocas doradas de la franquicia de la Gran Manzana, quienes obtuvieron dos anillos de campeón en las temporadas 1969/70 y 72/73.

Desde 2000 a la actualidad, solo logró acceder en seis ocasiones a la postemporada. Incluso solo una vez pudo superar la primera fase, fue en 2012/13 cuando llegó hasta las semifinales de conferencia. Cambios de jugadores, de entrenadores, llegadas de figuras consagradas, nada logró hacer superar la crisis en los Knicks.

La última incorporación rutilante fue la llegada de Kemba Walker. El base que llegó a la NBA en 2011 tras ser elegido en la novena posición del draft por los Charlotte Hornets, luego de ocho temporadas en la franquicia, pasó a Boston Celtics. En la franquicia de Massachusetts fue con el firme objetivo de lograr el anillo de campeón, pero no tuvo suerte y luego de dos temporadas, es enviado a Oklahoma City Thunder.

Sin jugar, fue cortado por OKC y luego fichó en Nueva York Knicks, anunciado con bombos y platillos. Pero poco pudo hacer, se perdió varios partidos por un problema con una de sus rodillas y se decidió, de manera conjunta con la dirigencia, que no iba a volver a vestir la camiseta del equipo.

Hace unos meses, Gerson Rosas fue cortado como manager de Minnesota Timberwolves y rápidamente fueron a buscarlo los Knicks para tratar, de su mano, enderezar el rumbo de la franquicia. El colombiano fue el encargado de llevar a D’ Angelo Russell a los Wolves y ahora, según confirma Bleacher Report, el base con pasado en los Lakers, sería el principal objetivo para los Knicks.