Basquetplus.com

Milwaukee Bucks se recuperó de un inicio en el que todo el mundo los cuestionaba: un mal récord, un entrenador muy criticado en los últimos años y un plantel que no parecía dar el salto de calidad necesario para ser candidato. Repasemos esta rápida recuperación que tuvieron los Bucks y que ya se coronó con una NBA Cup.

El primer juego de la temporada ilusionó, con una victoria ante Philadelphia. A partir de ahí, comenzó a desmoronarse el mundo de un Milwaukee que no encontraba el rumbo: fueron seis derrotas consecutivas y, luego de vencer a Utah, volvieron a perder frente a dos de sus máximos rivales en el Este (Knicks y Celtics), terminando con un récord de 2-8.

En ese momento, todo era cuestionado, desde el entrenador, hasta la continuidad de la máxima estrella del equipo. Fue el mismo Giannis Antetokounmpo quien nunca se bajó del barco y siempre tiró del carro: "Lo único en lo que no perdí la esperanza y la confianza cuando íbamos 2-8 fue en mi conexión con Giannis. Soy un gran competidor e intenso en mantenerme positivo. Recuerdo haber enviado un mensaje a Antetokounmpo para discutir cómo podríamos cambiar esa dinámica, y me asombraba cómo no mostraba ni el más mínimo desánimo. Nunca estuvo realmente alarmado y me instó a que lideráramos el cambio y fuéramos un ejemplo para los demás. Cuando vi su actitud, supe que todo cambiaría pronto", comentó Damian Lillard sobre la recuperación de los Bucks.

Desde esa derrota contra Boston, pasaron un mes, ocho días y 16 partidos. De esos encuentros, ganaron 13, terminaron invictos en la fase regular de la NBA Cup y, en las eliminatorias a un solo partido, lograron superar a Orlando Magic, Atlanta Hawks y, finalmente, a Oklahoma City Thunder. Frente al Thunder, encontraron la forma de golpear en los momentos clave a uno de los equipos más duros de toda la liga. Giannis y Lillard fueron los dos monstruos que todo Milwaukee esperaba, cargaron con los rebotes de manera sobresaliente y, en ofensiva, supieron circular la pelota hasta encontrar los tiros externos. Oklahoma City disparó muy mal desde la línea de tres y, en algunos momentos, sorprendía que estuvieran arriba en el marcador con porcentajes tan bajos.

Ahora no quieren conformarse con este torneo y buscan el premio gordo. Esto los ratifica como uno de los grandes candidatos a quedarse con un Este que no está tan disputado como el Oeste. Actualmente se encuentran quintos con un récord de 14-11, y este viernes 20 juegan contra la mejor medida posible para evaluar su situación actual: los Bucks de Rivers se enfrentarán a los Cavaliers, que ostentan el mejor récord de la liga.
 

Francisco Basiglio Godoy/[email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @Franbasiglio5