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En Estados Unidos el deporte forma parte del desarrollo de los jóvenes desde temprana edad. Comienzan a insertarse en distintas disciplinas hasta que finalmente se desarrollan y crecen en una, en algunos casos hasta convertirse en profesionales. En la NBA hay muchos jugadores que antes de llegar al deporte de la pelota naranja, pasaron por otras actividades, incluso con actuaciones destacadas.

Hay un caso particular y especial: el de Klay Thompson y Kevin Love. Ambos jugadores tuvieron carreras destacadas en la NBA, siendo campeones en más de una ocasión, formando poderosos equipos con Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers, respectivamente, pero nunca pudieron jugar juntos. Ambos estuvieron convocados al preseleccionado estadounidense pero luego uno de ellos se quedó afuera, en este caso el tirador de San Francisco.

Se enfrentaron en muchas ocasiones. Entre 2015 y 2018, los Warriors y los Cavaliers se vieron las caras en las finales de la NBA, con registro de 3-1 a favor de los de San Francisco, dominando esos años en la liga estadounidense y obteniendo tres anillos. Pero ellos tenían una historia anterior. En 2001 fueron compañeros de equipo.

En 2001, un grupo de padres de la pequeña localidad de Lake Oswego, a pocos kilómetros al sur de Portland, decidieron formar un equipo que aspirara a llegar a las World Series de las Little Leagues de béisbol. En ese momento, Thompson tenía 11 años, mientras que Love tenía 13.

En aquel equipo, Kevin destacaba por su altura y su corpulencia para un joven de su edad. Su mayor virtud era el lanzamiento, quiénes recuerdan cómo era aquel equipo cuentan que lanzaba muy fuerte con su brazo derecho. No hubo dudas de que Love debía estar dentro de la plantilla. En cambio, la familia de los Thompson ofreció en primera instancia a los otros dos hermanos de Klay, Mychel y Trayce, ambos muy buenos bateadores. Aún así, Mychal, padre de estos chicos y exjugador de la NBA que pasó por los Blazers, Spurs y Lakers entre 1978 y 1991, insistió en que Klay también tenía que estar dentro de la plantilla, pues daba la impresión de que tenía un futuro muy prometedor por delante. Por suerte, ambos se dedicaron al básquet.