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Sin dudas que si hubo un clásico dentro de la NBA en toda su historia fue el duelo entre Los Angeles Lakers y Boston Celtics, las dos franquicias más viejas y las más ganadoras de la mejor liga del mundo. Ambas, históricamente, tuvieron en sus planteles a las mejores figuras de la competencia.

Las décadas del 70 y 80 fueron testigos de grandes duelos entre estas franquicias, de los mejores de la historia. Varias estrellas de cada lado, entre las que sobresalían Bill Russell del lado de los Celtics y Kareem Abdul Jabbar por los Lakers. Dos íconos, dos figuras, dos grandes estrellas.

Hace algunos días se dio el lamentable deceso de Russell y su clásico e histórico rival, y gran amigo, le dedicó una carta en su sitio web y recordó el día que tuvo el privilegio de conocer por primera vez a Bill.

El encuentro se dio en 1961 cuando Kareem concurría a la Power Memorial High School, tenía apenas 14 años, pero ya era reconocido como uno de los grandes proyectos del básquet estadounidense. Todavía era conocido como Lew Alcindor.

“Llegué al gimnasio de la escuela para la práctica del equipo solo pero me encontré a los Boston Celtics practicando en su lugar. Me sorprendió ver un equipo profesional en nuestro gimnasio, especialmente los campeones de la NBA durante las últimas tres temporadas seguidas. Como descubrí más tarde, debido a que nuestro gimnasio estaba a solo doce cuadras del Madison Square Garden y cerca de varios hoteles, éramos convenientes para que los equipos practicaran”, comenzó su relato Kareem.

Bill estaba en el banco de suplentes leyendo el diario y el joven Lew intentó meterse en el vestuario para prepararse, pero su entrenador tuvo otra idea. “Lew, ven aquí”, le dijo Jack Donahue y este le presentó a Red Auerbach, entrenador de Boston.

Enseguida, Red le hizo un gesto a Bill para que se acercara, “Oye, Bill, ven aquí. Quiero que conozcas a este chico”, pero la respuesta de Russell no fue para nada amable: “No me levantaré solo para encontrarme con un niño”.

Kareem reconoce que en ese momento quiso desaparecer, pero Red, sonriendo y entre dientes, comentó: “No dejes que te afecte, chico. A veces puede ser un verdadero amargado” y lo llevó hasta donde estaba Russell. Al llegar, le dijo: “Bill, sé amable. Este es el niño que podría ser el próximo jugador como tú”.

Recién ahí lo pudo saludar, pero con mucha frialdad de parte de Russell. Igual eso no le afectó al joven Lew, que pudo conocer a su ídolo.

Para terminar, Kareem reflexionó: “Dicen que nunca debes conocer a tus héroes, Que es principalmente decepcionante, desilusionante o desalentador. Pero esa no fue mi experiencia. Yo estaba muy emocionado. Él me habló. Y me pareció ver en sus ojos el reconocimiento de alguien, como él, que tenía una pasión por el juego que ardía profundamente, caliente y brillante. O tal vez eso es lo que quería ver. De cualquier manera, me impulsó a esforzarme más para ser más como él”.