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Luis Scola fue uno de los mejores jugadores que tuvo la historia del básquet argentino. Tras una exitosa carrera en España vistiendo la camiseta de TAU Cerámica, en 2007 dio su gran salto a la NBA al ser contratado por Houston Rockets.

Los que pudieron presenciar un partido de básquet en el cual jugaba Scola podían apreciar dos cosas: por un lado que generalmente estaba serio (algo que también se veía por tele) y lo otro, casi siempre estaba presente Mario, su padre, hincha número 1, quien lo siguió durante toda su carrera a todos lados. En una reciente entrevista en Caja Negra de Filo News, Luis contó cómo vivió su llegada a la mejor liga del planeta y el momento emotivo que vivió junto a su padre.

Luis comenzó contando que en un momento la operación tambaleó: “Parecía que no iba a llegar porque teníamos un problema contractual” y enseguida agregó: “Se destraba la situación y me llaman desde Houston. Estábamos hablando durante un rato y me doy cuenta que me estaban intentando convencer”.

Scola continuó contando la situación: “En un momento le digo (entre risas): 'Ya está. No me tenés que convencer, no hace falta’”. Del otro le contestan: “Bueno genial, vamos a hablar con tu agente”. Luis agregó: “Mi agente me llama y me dice que ya está, que está arreglado”.

Scola siempre fue precavido y nunca dio puntada sin hilo, no solo en su vida deportiva sino también personal. Le pidió a su agente que le confirme si estaba todo OK para convertirse en nuevo jugador de Houston Rockets porque quería contarle a su padre pero no quería decirle una cosa y luego tener que decirle que al final no iba a ir.

Continuó contando la situación: “Mientras esperaba que me confirme mi agente, decidí ir caminando para la casa de mis papás, pleno, invierno, muchísimo frío. Me quedé en la puerta esperando que me llamara para decirme que estaba todo confirmado. Estaba congelado”.

"Finalmente me llamó, me confirmó y entré a contarle” agregó Luis. Luego expresó: “Mi viejo es mi fan número 1, siguió todo mi carrera, todos los partidos, además jugaba al básquet”. Para terminar, Scola se puso reflexivo y comentó: “No recuerdo con exactitud qué me dijo en ese momento, pero sí recuerdo que fue muy emotivo. Quizás el más emotivo. Probablemente los momentos más emotivos que tuve en mi carrera fueron con él y ese fue uno de ellos. Fue a verme en mi primer partido en la NBA”.