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Greg Monroe volvió a la NBA después de dos años donde jugó en Europa, más precisamente en Bayern Munich y en Khimki. Lo hizo en los Timberwolves de Leandro Bolmaro y debutó en la victoria por 108 a 103 ante los Celtics, con una buena tarea producto de 11 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias.

Su caso es uno de los tantos regresos que se están dando con contratos de diez días para paliar los contagios por la pandemia. Además, se conoció que es la mayor cantidad de jugadores en la historia de una temporada en la NBA.

Ante las bajas de Karl-Anthony Towns, Patrick Beverley, Anthony Edwards, D´Angelo Russell, Jarred Vanderbilt, Naz Reid y Taurean Prince, los Wolves apostaron por el interno y dio rendimiento de inmediato. Tal es así que el interno comenzó el día en Washington, viajó a la tarde a Minnesota y jugó por la noche su primer partido. Antes del partido, Chris Finch había dado una muestra de la situación inusual: “No se cuántos minutos jugará, tendré que hablar con él. Lo acabo de conocer hace media hora” decía el entrenador.

Luego del juego, donde su nuevo compañero Jaylen Nowell fue figura con 29 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias y 6 triples, Monroe declaró sobre su actuación y fue totalmente sincero: “¿Nowell? No voy a mentir, jugó de maravillas, pero yo la verdad es que no sabía quién era”.

Una muestra cabal de lo que es la NBA hoy en día, con equipos en constante armado y desarmado a causa de las bajas por covid. Una realidad que tiene pinta que va a seguir a lo largo de toda la temporada.