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Los Lakers tuvieron un super equipo cuando en la 2003-04 llegaron Karl Malone y Gary Payton a un equipo que ya tenía a Kobe Bryant y Shaquille O´Neal. Pero el base pudo no haber sido fichado si la franquicia hubiera escuchado a Phil Jackson.

En el libro que detalla este periodo, Three Ring Circus, Jeff Pearlman explica: “Phil Jackson nunca quiso que Gary Payton fuera un Laker. Es cierto, y aunque el entrenador de Los Ángeles recibió la firma del armador veterano con sonrisas, asentimientos y un gran pulgar hacia arriba, había estado en el negocio lo suficiente como para saber que incluso la operación más fluida era siempre una manzana podrida quitada de la podredumbre. En esta adquisición, sin embargo, Jackson no tuvo voz. Shaquille O'Neal aspiraba a armar un súper equipo“.

A su vez, agregó que “Kobe Bryant aspiraba a armar un súper equipo. Karl Malone aspiraba a unirse a un súper equipo, pero no sin Payton, su viejo rival/amigo. Así que, aunque la ofensiva triangular no era lugar para un armador que anota primero con un ego y un amor por el regate eterno, y aunque Jackson consideraba a Derek Fisher como el corredor perfecto del espectáculo, Jim Buss, el hijo de Jerry Buss y el asistente del gerente general del equipo insistió en que se firmara a Payton. Y ahora era un Laker de Los Ángeles”.

El resto es historia conocida, los Lakers nunca encontraron la química necesaria a pesar de haber llegado a las finales de la NBA y terminaron cayendo de manera estrepitosa ante los Pistons.