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No debe haber mayor momento de gloria que cuando se consigue lo máximo que uno puede lograr en su deporte. En el caso del básquet, el Oro en un Juego Olímpico es lo más alto a lo que un jugador espera llegar. Y eso sucedió con la Generación Dorada, haciendo historia en Atenas 2004 y rompiendo absolutamente todo pronóstico. Por eso, el día después es difícil para muchos, menos para Manu Ginóbili y Luis Scola.

Pepe Sánchez, en conversación con Alejandro Fantino en ESPN, recordó los momentos posteriores: “El día después del Oro Olímpico estábamos en la playa con Manu, Luifa y dos o tres más en Atenas. Ya nos íbamos, no nos dejaron disfrutar, cada uno tuvo que volver a sus equipos. Ahí te decían ‘bueno, ahora ya pasó, hay que concentrarse en la temporada’. Una locura”.

Y agregó las sensaciones que tenían: “Los que estábamos ahí estábamos como deprimidos, fue tal el éxtasis que después te da un bajón y quedás regulando. Los que están hechos para una cosa estábamos dudando, y Manu y Scola decían ‘ahora a salir campeones’”.

Por último, reflexionó sobre la mentalidad de ambas leyendas: “Su cabeza era ir por más, y esa cabeza de no querer parar. Nosotros los mirábamos y pensábamos que no teníamos ni fuerza para empezar de nuevo. Ahí te das cuenta lo mental, es flexibilidad. Nosotros estábamos agarrados de algo. Por eso Manu es Manu y Scola es Scola y por eso los demás somos los que somos”.

Así fue como Manu no se quedó con eso y logró otros tres campeonatos NBA y miles de logros más que lo llevaron al Hall of Fame. Luifa, por su parte, dominó Europa y luego hizo una larga carrera con la Selección Argentina y en la mejor liga del mundo, dejando el listón altísimo ambos.