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En 1984, mientras la NBA lo esperaba tras ser elegido por los Chicago Bulls en el tercer lugar del Draft, MJ tenía la mira puesta en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Con apenas 21 años, se unió al equipo dirigido por Knight, conocido por su disciplina militar. "Espero formar parte del equipo olímpico, ese es mi objetivo inmediato. Siento que puedo adaptarme a lo que sea que el entrenador Bobby Knight requiera", declaró Jordan en ese entonces a UPI. "No importan los puntos, importa ganar".

Dean Smith, su mentor en la Universidad de Carolina del Norte, fue quien lo convenció de unirse a Team USA, aunque el joven Michael no estaba del todo preparado para lo que venía. Knight, famoso por su estilo duro, no dudó en criticarlo duramente en los entrenamientos. Según Sam Perkins, compañero de Jordan en ese equipo, el coach llegó a humillarlo al punto de casi hacerlo llorar: "Deberías estar avergonzado por cómo jugaste", le gritó. Perkins recordó el episodio en Michael Jordan: The Life: "No creíamos que Michael hubiese jugado tan mal, pero eso pensábamos nosotros".

Pese a las tensiones, la experiencia dejó una huella imborrable en Jordan, quien promedió 17.1 puntos y lideró al equipo hacia una medalla de oro invicta. "No sé si lo habría hecho si hubiese sabido cómo sería Knight", confesó después en The Jordan Rules. Sin embargo, al finalizar la competencia, el entrenador tuvo solo elogios para el joven MJ: "Es el mejor atleta que he visto jugar al básquetbol". Aquella temporada marcó el inicio de una carrera legendaria, en la que Jordan se alineó bajo las órdenes de solo tres entrenadores: Knight, Dean Smith y Phil Jackson. Tres estilos distintos, pero esenciales en su camino hacia la grandeza.