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Básquet Plus estaba ahí. American Airlines Arena de Miami, Estados Unidos. Juego 6 de las finales de la NBA 2012/13 entre el local y San Antonio Spurs. Todavía se jugaba con el formato 2-3-2. Los Spurs habían ganado el primer partido en Miami, pero cedido el cuarto en San Antonio, por lo que necesitaban ganar otra vez en la Florida para llevarse el título. Lideraban la serie 3-2. Era martes 18 de junio.

En ese sexto partido, los Spurs habían hecho un trabajo tremendo. De estar 7 abajo en el segundo cuarto pasaron a ganar por 13 en el tercero con un gran trabajo defensivo, pero en el último, como era de esperar, vino la reacción de Miami, que recuperó el liderazgo y pasó a ganar 84-82. 

Sin embargo, San Antonio siguió firme, sin desesperarse, con Kawhi Leonard y Duncan como valuartes ofensivos. Miami ganaba 89-86 a 2m09s del final, pero un triple y un doble de Parker lo dieron vuelta y 3 libres de Manu Ginóbili sobre 4 intentados, completaron un parcial de 8-0 para quedar 5 arriba (94-89), con solo 37 segundos en el reloj.

En ese momento, ocurrió lo que nunca debió suceder. La NBA, organizada como siempre, empezó a acordonar el borde de la cancha para la inminente premiación de San Antonio como nuevo campeón de la NBA. Dwyane Wade y LeBron James se miraron y lo tomaron como una falta de respeto. En la siguiente acción, LeBron clavó un bombazo y puso el 94-92 (faltaban 20 segundos).

San Antonio sacó y Kawhi recibió falta, pero el alero falló el primero y anotó el segundo: 95-92 a 19s del cierre. LeBron corrió la cancha a toda velocidad, tiró otro triple, pero falló. El rebote lo manoteó Chris Bosh sobre la humanidad de Manu, la sacó hacia la esquina derecha y ahí estaba él. Ray Allen, un Top 10 seguro de la historia de los mejores tiradores de la NBA.

Allen la recibió y automáticamente se elevó, casi sobre el cuerpo de Tony Parker, que se frenó justo para no hacerle falta. El recorrido fue de una parábola perfecta y la bola entró absolutamente limpita, para empatar en 95 con 5 segundos en el reloj.

Los Spurs repusieron y Parker tuvo un tiro de 2, pero falló y hubo suplementario, donde Miami terminaría ganando 103-100. Y también el juego 7, para ser bicampeón de la NBA. Pero el tiro del torneo fue ese de Allen. Exquisito, inolvidable, para propios, rivales y neutrales. La belleza del juego y la emoción del triunfo y la derrota en 3 segundos de película. Los Spurs deberían esperar un año para tomarse revancha, y de qué forma.